PALABRA ESCULPIDA es luz pura que desvela lo íntimo. La estatura de estos versos sólo puede compararse consigo mismos. Poquísimas sílabas le bastaron al poeta Julio César Pineda para tallar esta obra. El poeta alcanza la cumbre de su discurso. Arriba a la diafanidad desde la sencillez en el lenguaje. No hay síntomas de pedantería verbal en esta breve, profunda poesía.
Cuenta el poeta en una carta al lector que esta poesía fue publicada por razones estéticas y afectivas. Además, narra que estos poemas son sobrevivientes de un par de atentados. Uno por parte de una amiga —de quien no refiere filiación— y otro cuyas responsables fueron las lluvias que cayeron en 1990 y 1993. La parte estética, entonces, se refleja en el uso de la estructura del haikú japonés. La parte afectiva responde a instrucciones amistosas.
Acerca del poemario, el literato y crítico español Manuel Betanzos Santos, fundamenta:
De entre los poetas modernos de hoy, que practican el haikú, citamos a Humberto Senegal de Colombia y su revista Kanora, así como el hondureño Julio César Pineda. Ambos destellan, inspirados y movidos, entre millares y millares de poetas japoneses y sus numerosas revistas dedicadas al difícil arte de expresar lo menos posible para significar lo más ante los demás.
Por otro lado, Fausto Leonardo Henríquez expresa que: «La obra de Julio César Pineda recoge lo más vivo de su experiencia creadora y lo más sintético de su imaginación. Dicho de otro modo, Palabra Esculpida resume el intento de síntesis poética de su autor, su visión del mundo, de las cosas y la realidad misma.»
Considero este libro —de una presentación fascicular, por cierto— una poesía imprescindible en estos tiempos. Un ejemplo de belleza y economía del lenguaje. Ha sabido superar la prueba del tiempo.
La poesía no es un secreto consigo misma,
es intimidad grata con el lector.
Julio César Pineda
Luna
a círculo divides la sombra,
detrás de los árboles
rueda tu soledad.
Lágrima
agua
que descubre otro yo
en mi rostro.
Agonía
desde esta fuente
de humos termales,
soy ruido que mata,
cenzontle que muere.
Crisantemo
el pájaro herido
se convalece
sobre tus medicinales pétalos.
Escritura
… y las palabras
se cristalizaron,
allí me herí las manos.
Tecnología
con las aspas de la imaginación
las arañas industrian
la combustión de la idea.
David González
Tremendos textos, la condensación justa y profundidad en la contemplación del poeta.