Sandwich de basura, librerías de segunda mano Teatros capitalinos

En Honduras, existe una forma de hablar que involucra el uso de palabras con doble sentido y picardía y se ha convertido en parte del lenguaje popular. Aunque no tiene un nombre específico, se le podría llamar «juego de palabras con doble sentido, con alusiones sexuales». Esta modalidad fue descrita por Octavio Paz en su obra El laberinto de la soledad (1950) como «trampas verbales y combinaciones ingeniosas que buscan desorientar a su interlocutor».

Un estudio revela que las personas que emplean este tipo de lenguaje tienden a enriquecer su vocabulario. Contrario a lo que se piensa, no es algo que degrade el español ni a quienes lo utilizan, sino que estimula la actividad cerebral y amplía el conocimiento lingüístico de quienes lo practican. A pesar de esto, sigue siendo considerado un tabú en nuestra sociedad.

Es posible que esta forma de hablar con doble intención haya existido incluso antes de la llegada de los españoles. Los mayas también utilizaban términos de doble sentido en sus rituales de curación. En el «Ritual de los Bacabes» se pueden encontrar ejemplos de este tipo de palabras (Arzápalo Marín, 1987: 395).

Hablar con picardía es parte inherente del ser hondureño y de nuestra cultura. Tal vez se deba a los complejos de inferioridad, marginalidad y rencor heredados de la época colonial que llevan a los hondureños a codificar sus mensajes de manera ininteligible. Algunos ejemplos populares de estas formas de hablar son el habla en «efe» (f), el argot malespín y las germanías.

Humor inteligente que habla entre líneas

Como sea, esta forma de hablar se origina en las personas con una actitud jodiona, burlista, y es que el hondureño es así, siempre está buscando a quién joder, a quién fregar, a quién hacerle la vida imposible cuando se lo propone.

Los hondureños usamos frases con doble sentido como una manera de socializar y romper barreras rígidas. Esta forma de comunicación no está limitada a un tiempo o lugar específico, sino que surge de manera espontánea en nuestras interacciones cotidianas.

Vale destacar que en el lenguaje de doble sentido no se permite el uso de insultos ni palabras ofensivas. Pero en la mayoría de los casos, el doble sentido hace referencia al ámbito sexual.

Entonces, ¿cómo podemos saber si alguien nos está haciendo una broma o usando una doble intención? Por lo general, el hablante se ríe o muestra una expresión pícara, e incluso en el tono de voz se puede percibir la intención de vacilar.

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En conclusión, el uso del lenguaje con doble sentido y picardía en Honduras es una forma de hablar que estimula la actividad cerebral y enriquece el vocabulario de las personas que lo utilizan. Contrario a la creencia común, no degrada el español ni a quienes lo emplean, sino que amplía el conocimiento lingüístico. A pesar de sus beneficios, sigue siendo considerado un tabú en la sociedad.

La forma de hablar con doble sentido tiene raíces históricas en la cultura hondureña y posiblemente existía antes de la llegada de los españoles. Los mayas también empleaban términos de doble sentido en sus rituales.

Esta forma de comunicación se origina en una actitud jocosa y burlista, y se utiliza como una manera de socializar y romper barreras en las interacciones cotidianas. Para identificar el uso del doble sentido, generalmente se puede observar la risa, expresiones pícaras o tono de voz vacilante del hablante.


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