Recientemente, en algunas regiones de Honduras circularon monedas locales o vales de pago en paralelo con el Lempira. Estos sistemas monetarios alternativos son útiles para impulsar la economía local. Es papel moneda que se utiliza para el intercambio (trueque) de bienes y servicios entre los afiliados de una red comercial.

En el país operaron dos sistemas de este tipo, adaptados a las necesidades de las familias campesinas. Son la Unidad de Intercambio Solidario (#UDIS) administrada por Red COMAL, y los #Peces, gestionados por Biocombustibles Yoro, S.A. (BYSA).

Los UDIS comenzaron a circular en 2003 y fueron asimilados rápidamente por la población. COMAL contaba con 45 productos agrícolas y artesanales elaborados por los socios de la Red, entre ellos panela granulada, jaleas, café, vinos y jabones [1].

En 2009, 1,2 millones de UDIS circulaban en el espectro denominado «mercado solidario», los cuales eran utilizados como medio de intercambio por al menos 16 mil familias [2].

La analista Paula Sánchez de la Blanca señala que el sistema de UDIS desapareció debido a que el departamento de comercialización acumuló un gran déficit, lo que provocó el cierre paulatino de las Unidades Regionales de Mayoreo a partir de 2009 [3].

Las URM mediaban entre los productores y las tiendas comunitarias, además eran responsables de la circulación de los UDIS. El cierre de las URM obligó a los socios comunitarios a buscar otros canales de venta. Los vales por su parte se recogieron y guardaron [4].

En contraste, a inicios de febrero de 2009, la empresa procesadora BYSA y la ONG holandesa STRO pusieron en circulación una nueva moneda local en forma de anticipos salariales a sus empleados. El nombre «Peces» alude a la caída de peces que sólo ocurre en Yoro.

Desde entonces, se habían emitido 107.646 peces hasta diciembre de 2009, de los cuales alrededor de 39.000 estaban en circulación al 31 de diciembre de ese año. Y para fines de enero de 2010, 26 negocios en Yoro habían aceptado la moneda [5].

Así, las empresas usaban los peces para comprarse entre sí, comprar biodiésel a BYSA, dar como cambio por compras en lempiras, pagar parcialmente los salarios a sus empleados o para convertir de nuevo en lempiras [6].

Además, FUCOHSO, una organización sin fines de lucro que apoya el desarrollo rural en Honduras, convertía lempiras en peces para comprar materiales de construcción en una ferretería local que daba descuentos especiales al recibir pagos en vales [7].

Más allá de esto, un estudio de mercado realizado entre junio y julio de 2010 encontró que el 40 % de la población de Yoro desconocía la existencia del vale complementario, a pesar de que la mayoría consintió su uso (Armijo, Monge, Oviedo, 2010).

Tras el período operativo de dos años, BYSA era una empresa relativamente solvente, por tanto, asumió la gestión del sistema de moneda local. Pero después de un tiempo no pudo sostenerlo más por falta de recursos y tuvo que cerrar operaciones.

En suma, estos productos financieros son beneficiosos para la comunidad cuando se diseñan adecuadamente. En la experiencia de Red COMAL, la UDIS ayudó a consolidar la expansión de sus actividades comerciales y revitalizar el consumo de productos locales [8].

Todo sistema financiero monetario debe sustentarse sobre una base productiva, si ésta es sólida, su moneda será sólida. Como es de destacar, ambos proyectos decayeron porque no podían garantizar un estado de solvencia financiera y económica.

Si bien no conocemos las interioridades de estas iniciativas, podemos deducir que en poblaciones rurales con poca educación financiera y habilidad empresarial, este tipo de sistemas complican una sociedad comunitaria productiva.

Estas lecciones son parte de una fase de aprendizaje y perfeccionamiento, por ende, los resultados son más cualitativos que cuantitativos. Cada caso y sus detalles deben examinarse por separado y desde distintos enfoques.

Bibliografía

[1] Barrera, S. (2009) Dieciseis mil familias de Honduras utilizan «monedas comunitarias», apoyadas en una red de economía solidaria. Recuperado de https://bit.ly/2NJV70Z

[2] Ibid.

[3] Sánchez de la Blanca, P. (2019) ‘La red Comal y las unidades de intercambio solidario (UDIS): una historia de apropiación y resiliencia navegando entre contradicciones’ International Journal of Community Currency Research 23 (Winter) 83-92 www.ijccr.net ISSN  1325-9547. http://dx.doi.org/10.15133/j.ijccr.2019.008 

[4] Ibid.

[5] Moers, P. (2010) Discovering new oil fileds. Small-scale local biofuel production and use in rural Honduras. Results and lessons from the Gota Verde proyect in Honduras (2007-2009). Recuperado de https://bit.ly/3dRq6CO

[6] Ibid.

[7] Ibid.

[8] Sánchez de la Blanca, P. (2019) Op. Cit.

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