En la actualidad el mundo digital se ha apoderado de la atención de los lectores. De igual forma, es un método para llegar a muchas personas en todo el mundo. Por eso decidí incluir un formato digital para mi libro Formas efímeras. Es igual que el libro impreso, es decir, tiene los mismos componentes gráficos y literarios. Con la ventaja que pueden acceder a su lectura a través de sus celulares (Android o IOS), computadoras o tabletas.

¿Aún no conoces el libro de cuentos Formas efímeras? Entonces te conviene seguir leyendo… 😉

A continuación, te comparto con dos reseñas críticas de la obra, una de Helen Umaña y otra de Ariel Amador.

Helen Umaña sobre Formas efímeras

En Formas efímeras, Edgardo Molina explora una temática muy amplia y no de frecuente tratamiento en la narrativa hondureña. La locura y el aura enigmática que la rodea. El travestismo y la violencia homofóbica. El transexualismo como expresión de amor. El incesto motivado por la piedad. La involuntaria necrofagia de un niño minusválido. La inexistencia de perdón para el viejo general y dictador. La futilidad del dinero y de la fama en una vida carente de otros objetivos. Los personajes de ficción escapando del dominio del autor. La metáfora siniestra de una literatura inoculada con una inyección irreversible en un hipotético futuro. El silencio divino y el ateísmo. Las desventajas físicas y su aspecto positivo en la sordera que salva de las míticas sirenas y, a la vez, trae consigo la percepción de la belleza. Una amplitud conceptual como para abrir la mente a una mejor comprensión del mundo.

Helen Umaña

Crítica literaria de Ariel Amador

En la obra de Molina encontraremos diversas manifestaciones de locura, que logran conectar el mundo cotidiano con la fantasía. Para este caso podemos mencionar el relato «Confusión», que trata de personas que las sueña otra persona, o «Síndrome de lepus», donde la locura es parte de la genialidad de un sujeto, y que nos relata una dulcísima historia de amor. La inocencia es otro elemento presente en la obra de Molina, que vemos no solo en el relato de «El rey de las ardillas», sino también en «Mi profe», donde nos cuenta la historia de un niño que se enamora de su maestra (algo que, no me dejarán mentir, ocurre con suma regularidad) y que es testigo de las injusticias que la maestra lleva: un esposo maltratador y borracho; pero que con el paso del tiempo, por la diferencia de edad, no logra lo que podría decirse un final feliz. Hay relatos de fuerte crítica social, como «Tacones rojos», que nos presenta una visión progresista y contemporánea del amor: un hombre decide hacerse una operación de cambio de sexo para entrar a la prisión donde está reclusa su amada, para estar juntos. O el caso de «La actriz», que trata sobre una mujer que se dedica la pornografía, pero que la muestra de una forma positiva y sin prejuicios: ella es una mujer libre, sin la necesidad de atarse a un hombre o de seguir el esquema social de dedicarse a hijos o a una familia.

Ariel Amador

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