Hace unos días se conmemoró el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, un tema que ya hemos explorado en Bucentauro. En esta ocasión, hablaremos sobre el origen del mito de Ixtab, la supuesta diosa maya de los suicidas y cómo se ha interpretado a lo largo del tiempo.

Como sabemos, el panteón de dioses mayas es vasto y diverso, con deidades como Ju’n Ixim, dios del maíz; Chaac, dios de la lluvia; Itzamnaaj, dios del cielo; Uw Ixik, diosa de la luna; o Ik’, el dios del viento. Sin embargo, Ixtab destaca por una controvertida mención en los textos del obispo Diego de Landa, figura clave en la evangelización y persecución de los pueblos mayas durante el siglo XVI.

De Landa, conocido por torturar a indígenas que mantenían prácticas religiosas autóctonas, justificó los numerosos suicidios por ahorcamiento en Yucatán durante esa época atribuyéndolos a una inclinación cultural. Según él, los mayas veneraban a Ixtab, la diosa de los ahorcados, y creían que el suicidio les aseguraba descanso eterno con ella.

Sin embargo, especialistas modernos cuestionan esta afirmación, calificándola como una manipulación del panteón maya por parte de De Landa para justificar sus acciones ante las autoridades. Su obra, Relación de las cosas de Yucatán, aunque valiosa, también es prueba de cómo los conquistadores alteraron la visión de las culturas prehispánicas.

Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el estudio del Códice de Dresde, uno de los pocos textos mayas que se conservan, fortaleció el mito de Ixtab como la diosa del suicidio. Una representación en el códice mostraba a una figura con una soga al cuello y un rostro inanimado, que algunos identificaron como Ixtab, “la de la cuerda”. Esta imagen pareció confirmar la existencia de una deidad maya relacionada con el suicidio.

Detalle de Ixtab en el Código de Dresde (INAH, México)

No obstante, más recientemente varios especialistas han revisado la figura de Ixtab, contrastando fuentes históricas y explorando nuevos hallazgos sobre la cultura maya. Hoy, el consenso académico es que Ixtab no era una diosa del suicidio, sino una divinidad asociada al venado y la caza, también conocida como Tabay. Según Mercedes de la Garza:

Ixtab, la de la cuerda, era la diosa de la naturaleza salvaje en general. Se representa en la página 53b del Códice de Dresde como una mujer muerta colgada de una cuerda. Protegía a los venados y permitía su cacería (citado en Álvarez Méndez, 2021).

Y en palabras del arqueólogo mexicano Orlando Contreras (2020):

Esta deidad referida como “de la cuerda”, desde la perspectiva etnohistórica, es una de las deidades que hace referencia a la caza, mencionada como Huk Zip según el trabajo de Reiko Ishihara en alusión a su nombre prehispánico. Sin embargo, la iconografía revela su relación con Tabay, como la deidad de la caza mencionada en fuentes históricas y etnohistóricas, evidenciada por la soga que pasa por su cuello, usada preferentemente para cazar venados. Tanto en su figura masculina (Tabay) como femenina (XTabay), esta deidad remite a que la referencia de Landa al demonio de la cuerda, en realidad, aludía a la deidad de la cacería.

Si bien la malinterpretación de Ixtab podría parecer un episodio anecdótico dentro de la historiografía maya, su impacto trasciende lo académico. Este suceso ilustra cómo las interpretaciones de las culturas indígenas —en este caso, sobre su religión— suelen ser procesos complejos, llenos de incertidumbres y errores. Sin embargo, la tergiversación de Ixtab ha tenido consecuencias que van más allá de la simple historiografía.

Aún hoy, el “mito” de Ixtab como diosa maya del suicidio se utiliza para justificar las altas tasas de suicidio entre poblaciones de ascendencia indígena en el sur de México. Incluso, se tiene registro de un médico que llegó a teorizar sobre un supuesto “gen maya” que predispondría a estas comunidades al suicidio. Este estereotipo perpetúa la idea de que el suicidio en estas poblaciones se debe a una creencia ancestral en una deidad que protege a quienes deciden quitarse la vida. Sin embargo, esta narrativa ignora los profundos conflictos sociales y culturales que afectan a estas comunidades.

De esta manera, muchos siglos después, la sombra de Diego de Landa sigue proyectándose sobre los descendientes de los pueblos que aterrorizó. Sus interpretaciones no solo distorsionaron la historia, sino que también contribuyen a trivializar los problemas sociales que enfrentan las poblaciones indígenas hoy en día. Y esto no solo refuerza estereotipos, sino que también desvía la atención de los estudios científicos y sociales necesarios para abordar estos desafíos de manera efectiva y respetuosa.


Bibliografía

Álvarez Méndez, Sara. «Ahorcamientos durante la persecución de idolatrías de 1562: posible origen e instrumentalización de la diosa del suicidio maya». Americanía. Revista de Estudios Latinoamericanos, n. 14 (2021): 34-62.

Contreras, Orlando y Castillo, Dámaris. «Desmitificación del contexto cultural del suicidio entre los mayas prehispánicos». Cuicuilco. Revista de Ciencias Antropológicas, n. 79 (2020): 235-255.

García Capistrán, Hugo. «Dioses y entidades sagradas entre los mayas prehispánicos». En Entidades sagradas del universo maya, coordinado por A. Rafael Flores Hernández. Palabra de Clío, 2007.

Ramírez Camacho, Alberto. «De violencia y estereotipos. Visiones a la muerte suicida en poblaciones mayas yucatecas». Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, n. 60 (2020): 79-109.


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