Jorge Gómez es un reconocido cantante de merengue nacido en la ciudad de Tela, Atlántida. Desde muy joven, demostró su pasión por la música, cantando en eventos cívicos y programas de aficionados en la radio. Aunque su sueño inicial era dedicarse al fútbol, una lesión en su brazo lo llevó a enfocarse en su carrera musical.

Los Bee Gees fueron una gran influencia en el estilo y su música. Su primer éxito fue «El Hombre Divertido». Sin embargo, antes de llegar a la cima del éxito en el mundo de la música, Jorge Gómez comenzó su carrera en el grupo musical Los Profesionales.

Durante la época dorada del merengue, el Club Hondureño Árabe se convirtió en el lugar de encuentro de los jóvenes que querían presenciar los legendarios «mano a mano» entre las agrupaciones más importantes del género, como la Banda Blanca y Los Profesionales.

A pesar de los obstáculos y dificultades que encontró en su camino, Jorge Gómez perseveró y se convirtió en uno de los grandes exponentes del merengue. Su estilo único y su talento lo llevaron a ser reconocido en la época dorada del merengue en los años 80 y 90. Hoy en día, el hondureño es recordado por su gran contribución al mundo de la música y por ser un verdadero ícono del merengue en América Latina. Es por eso que decidí entrevistarlo para conocer más sobre su experiencia en el género, sus anécdotas, consejos y proyectos actuales.


Jorge Gómez integrando el grupo musical Los Profesionales en Los años 80. Este grupo desapareció hace cuatro años. Luego dio el salto a la Orquesta de Wilfrido Vargas.
Jorge Gómez con Los Profesionales en los años 80. Foto cedida a Bucentauro por Jorge Gómez.

YR: ¿Podría presentarse para nuestros lectores?

JG: Hola, es un gran placer saludarles y al mismo tiempo agradecer a la revista Bucentauro por la oportunidad de esta entrevista.

En caso de no mencionarlo en la respuesta a la primera pregunta, díganos dónde nació y creció y cómo fue su infancia.

Nací en la ciudad de Tela, Atlántida, Honduras. Allí crecí entre la playa, los cocos y la pesca hasta los 21 años. Tuve una hermosa infancia, los mejores recuerdos con mis amigos y todos los juegos de aquella época que nunca olvidaré.

¿Cómo comenzó su carrera en la música y en particular en el merengue?

Todos los cantantes decimos lo mismo, pero es la verdad: mi carrera comenzó en la escuela, cantando en todos los eventos cívicos, y también en los programas de aficionados que había en la radio en esos tiempos. El merengue vino después.

¿Qué artistas o bandas inspiraron su estilo y música?

En mi caso, lo que más me influyó fue la música de los Bee Gees.

¿Antes de ser cantante quiso dedicarse a otra cosa?

Sí, creo que soy un futbolista frustrado. Empecé jugando fútbol en mi barrio La Curva, pero una lesión en mi brazo cambió mi rumbo a la música.

¿Cuál fue su primer éxito en el género del merengue?

Mi primer éxito fue “El Hombre Divertido”.

¿Cómo describiría la escena musical en los años 80 y 90 en cuanto al merengue?

Fue la época dorada del merengue, era el ritmo del momento.

En una entrevista, Wilfrido Vargas habla  de cómo lo conoció. ¿Puede relatarnos esa anécdota?

Fue en Puerto Cortés. Estaba cantando una canción de Sheena Easton y Kenny Rogers, escuchó esa voz y pensó que era una mujer. Los que estaban con él le dijeron “no, Wilfrido, no es una muchacha”, y le dijeron mi nombre. Lo vi entrar y, cuando terminé de cantar, subió al escenario y me dijo al oído: «Quiero que te vayas a República Dominicana conmigo». Le dije que tendríamos que hablar, luego nos encontramos en el hotel donde se hospedaba. Le dije mis puntos y no hubo nada que lo detuviera. Creo que era algo que estaba destinado para mí.

¿Qué siente cuando le menciono “El Jardinero” o “El Africano”?

Una época inolvidable, temas que hoy son clásicos y el saber que un hondureño quedó plasmado en esos temas.

¿Cómo alcanzó esos niveles de voz de “El Jardinero”

Gracias al maestro Wilfrido que confió en mí. Él conocía mi tesitura  contratenor y me dio la oportunidad de agregar esos niveles.

Mantiene comunicación con Rubby Pérez, Eddie Herrera, Mickey Taveras o el mismo Wilfrido Vargas?

Claro, más con Eddy, Ruby y Mickey. Hemos mantenido una buena relación a través de estos años ya fuera de la orquesta; con Wilfrido no es tan seguido.

¿Cuánto tiempo estuvo en Los Profesionales y en la Orquesta de Wilfrido Vargas?

Con Los Profesionales estuve seis años y con Wilfrido casi los nueve años, es decir, desde 1983 hasta finales de 1991.

¿Cómo ha evolucionado su música y estilo desde los años 80 y 90 hasta hoy?

Muchísimo, antes todo era análogo, hoy estamos en la era digital. En mis tiempos tenías que tener talento, hoy en día es más fácil. Los efectos digitales te ayudan, aunque no tengas mucho talento.

¿Qué retos ha enfrentado como cantante de merengue y cómo los ha superado?

Por el hecho de ser hondureño, el reto fue muy grande para mí: ingresar a una orquesta famosa y no tener la comprensión del ritmo del merengue ni el desarrollo artístico internacional. Se necesita perseverancia, paciencia y disciplina. Aunque parecía que no lo iba a lograr, Dios siempre pone algo en tu camino como los buenos compañeros del grupo, que me ayudaron a acoplarme, sobre todo con los bailes que eran los más difíciles.

¿Cuál es su opinión sobre la fusión del merengue con otros géneros musicales como el pop y la salsa?

Una fusión siempre enriquece cualquier ritmo. Es bueno cuando se fusiona con grupos del momento porque eso atrae más público.

¿Tiene algún consejo para los nuevos artistas que quieren incursionar en el merengue?

Pues, es muy difícil aconsejar en estos tiempos, ya que el merengue no está en los primeros lugares, aunque nunca pasará de moda. Hay otros ritmos como el reggaetón y la bachata que de momento son como lo fue el merengue. Ojalá pase este ciclo y vuelva el merengue; y el consejo sería adoptar las mismas actitudes que pueden ser necesarias en cualquier meta que uno se proponga: perseverancia, paciencia y disciplina.

¿Cuáles son sus planes futuros en la música y qué podemos esperar de su carrera en el futuro?

Me gusta esta pregunta porque muchas personas creen que estoy retirado de la música, pero nunca me he retirado; lo que no hago es vivir de la música. Esto me ha dado la ventaja de hacer temas que no son merengue, y está en agenda realizar eventos sinfónicos o acústicos.

¿Cómo es un día típico en su vida?

Normal, ya soy una persona retirada y vivo solo con mi esposa. Pues, me levanto temprano, ya en la mañana es el mejor tiempo que tenemos para leer y orar. Después hago café para tomar juntos con mi esposa, hablamos de los planes del día, desayunamos y después hacemos lo que hay en agenda.

¿Cómo ha influido su vida personal en su carrera musical y en sus canciones?

La verdad que no mezclo mi vida personal con mi carrera; pero en los últimos tiempos he podido escribir algo de mis propias vivencias  o experiencias de alguien más y he podido plasmarlas en canciones.

¿Cómo es su proceso creativo al momento de componer una canción de merengue?

Bueno, la verdad es que no he escrito pensando en el merengue. Sólo escribes y luego ves qué hacer cuando tienes la melodía. Tengo una costumbre antes de escribir la letra de la canción: escribo el título o la idea de lo que quiero decir y eso me facilita encontrar las palabras necesarias para la canción. Luego elijo el tiempo de la canción y como no tengo prisa voy haciendo borradores hasta encontrar lo que busco.

¿Qué actividades realiza fuera de la música para relajarse y mantener un equilibrio en su vida?

Me gusta leer temprano en la mañana, cada dos días salgo a correr o caminar y también me gusta hacer proyectos en casa.

¿Tiene o tenía algún ritual o superstición antes de subir al escenario a cantar?

Simplemente no hablo mucho para cuidar mi voz, a la vez, oro antes y después de actuar.

¿Cuál ha sido el momento más memorable en su carrera musical y por qué?

Lo he dicho en otras entrevistas: Viña del Mar es un evento de gran responsabilidad y llegar como un grupo desconocido y tener que actuar después de Luis Miguel era un desafío demasiado grande para toda la orquesta de Wilfrido. Pero gracias a la creatividad del maestro pudimos salir airosos y llevarnos las Gaviotas de Plata en las dos noches de actuación.

¿Ha experimentado algún fracaso o desafío en su carrera que le haya enseñado lecciones valiosas?

Una experiencia que nunca olvidaré fue la vez que Wilfrido Vargas me ofreció la orquesta para llevarla a mi país, en 1988. Se suponía que yo iba a salir del grupo y era como una despedida, pero las cosas no salieron bien y tuve que firmar un contrato por tres años más. Lo que aprendí es que soy artista, no negociante.

¿Cuál es su canción favorita de todos los tiempos y por qué?

indiscutiblemente, “El Jardinero”. Esta canción, como dijo el maestro Wilfrido Vargas, “vistió de gala al merengue”.



¿Cómo fue su experiencia de conversión a Dios y cómo ha influido en su vida personal y en su música?

Dios, en su infinita misericordia, llegó a mi vida en un momento crítico donde el alcohol me dominaba. Pude experimentar la intervención de Dios en mi vida de una manera real que quede sorprendido. Conocer a Dios me ha dado la oportunidad de saborear un poco de fama y saber que esa no es mi realidad, que mi identidad no es lo que hago, sino lo que soy. Saber eso me ayuda a estar en cualquier lugar sabiendo que soy un hijo de Dios.

¿Ha compuesto canciones que reflejen su fe y su relación con Dios?

Sí, he realizado varias producciones cristianas. Las pueden encontrar en las diferentes plataformas digitales.

¿Cómo ha sido la reacción de sus fans y del público en general ante su testimonio de conversión a Dios?

Es normal para mí que no todos estén de acuerdo con mi conversión, pero eso jamás me podrá apartar de mi decisión por Dios.

¿Ha enfrentado algún desafío en su carrera debido a su fe y creencias religiosas?

Lógicamente sí. Creo que es de sentido común: un cristiano va contra la corriente de lo que piensa la mayoría y eso te dice que vas a tener oposición o al menos no esperes aplausos porque eres cristiano.

¿Tiene algún mensaje que quisiera compartir con sus fans y con el público en general sobre su fe y su relación con Dios?

Gracias por esta oportunidad que me das. Nada en este mundo en que vivimos puede darte paz, felicidad, esperanza que conocer a Dios. Ni el dinero ni la fama ni el poder te lo pueden dar. Esto sólo lo encuentras en Cristo. La paz, la felicidad o la esperanza no es la ausencia de problemas y ese es el punto: la experimentas en medio del problema. Así que sí vale la pena atenderte.

¿Ha participado en algún evento o proyecto musical enfocado en la adoración y la alabanza a Dios?

Cuando dejé la orquesta para radicarme en la ciudad de New Orleans, participé en dos producciones musicales cristianas, lo que me dio la oportunidad de compartir algunos eventos dentro del Estado y también en el exterior. Pero luego me di cuenta que tampoco quería seguir viajando y desistí. Sólo grabo para invitaciones a eventos especiales.



¿Cómo describiría la situación actual de los artistas en Honduras en términos de apoyo gubernamental y de la industria musical?

En nuestro amado país lamentablemente estamos muy atrasados en recibir el apoyo del Gobierno. Esta es una situación de mucha tristeza. He estado en países donde regulan la música en la radio, dando importancia a la música nacional en lugar de la extranjera. Aparte de esto, se necesitan programas que destaquen nuestra música, me refiero a programas de música en vivo donde los invitados especiales sean orquestas y solistas nacionales, etcétera.

¿Cómo cree que se podría mejorar la situación de los artistas en Honduras y qué medidas deberían tomar las autoridades?

1. Creo que los artistas deberían pensar más en música que se pueda exportar, me refiero a temas mejor trabajados, buenos arreglos, buenas letras y buenas interpretaciones. 2. Lo dije en la pregunta anterior, diputados que quieran ayudar a nuestra música aprobando un proyecto de ley para poner más música hondureña en la radio.

¿Cree que la falta de apoyo a los artistas ha afectado negativamente la calidad y diversidad de la música hondureña?

La falta de apoyo sólo incide en que algo como la música sea un producto de exportación, porque al no apoyar lo propio, nadie de fuera lo apoyará.

¿Ha visto algún cambio positivo en la situación de los artistas hondureños en los últimos años?

Definitivamente no, pero no sólo en los hondureños, sino en general. La música ha sufrido desde la década de 1990 cuando apareció en escena el reggaetón. Lo que quiero decir es: el músico, en mi época, era tratado como artista y trabajaba en buenos lugares. Hoy trabajan en los peores lugares, el pago es escandaloso de malo y no ha habido un cambio positivo, sólo negativo.

¿Cómo ha sido su experiencia colaborando con otros artistas hondureños y cómo ha influido en la promoción de su música?

Todavía no he tenido el gusto de hacer un proyecto con alguien de mi país. Sí tengo algunos planes que espero que Dios me dé la oportunidad de cumplir.

¿Qué consejo le daría a los nuevos artistas que están luchando por hacerse un nombre en la industria musical hondureña?

El consejo es el mismo de siempre: tienes que estar seguro de lo que quieres hacer porque cuando estamos enfocados en lo que queremos, evitamos las distracciones. Vale la pena soñar, es más: primero se sueña y luego ponemos los pies, las manos y lo demás no queda en sueño. Luego viene la perseverancia, la paciencia y la disciplina, entendiendo que muchas veces unas cosas llegan y otras no. Pero lo importante es ser feliz en el camino y no esperar a llegar a la meta.

¿Tiene alguna iniciativa o proyecto en mente para mejorar la situación de los artistas en Honduras y promover la música hondureña en el extranjero?

Es muy difícil, ya que no vivo de la música, sólo la hago para dejar un legado a mis hijos, nietos, familia y personas que han seguido mi carrera. Sería egoísta de mi parte decirte otra cosa, ya que tengo otros compromisos que no son de música aquí donde vivo.



¿Cómo describiría la evolución de la instrumentación en el merengue desde los años 80 y 90 hasta la actualidad?

Recuerdo cuando empecé con la Orquesta de Wilfrido Vargas, fue en 1983, la salsa de los 70 estaba por salir y el merengue llegó como una avalancha arrasando con todo. Viví toda la época dorada del merengue y cuando salí de la Orquesta comencé a experimentar cómo el reggaetón llegaba como una avalancha, arrasando con todo y todavía lo tenemos. Entonces, en la actualidad el merengue no está en los primeros lugares, pero es un ritmo que nunca pasará de moda. Ojalá volviera.

¿Cómo cree que la introducción de nuevos instrumentos ha influido en el sonido del merengue?

La introducción de nuevos sonidos siempre ha sido beneficiosa. El Jardinero marcó la diferencia cuando Wilfrido introdujo los teclados al merengue cuando nadie más lo hacía, así que algo nuevo siempre es bienvenido.

¿Cómo fue su experiencia trabajando con bailarines en sus presentaciones de merengue en vivo en los años 80 y 90?

Al principio fue muy difícil ya que a mí no se me exigió bailar, lo tuve que hacer obligado por la presencia de muchos hondureños interesados en verme con la Orquesta y no quise defraudarlos. Después lo disfruté al máximo. Con la ayuda de mi amigo Ruby Pérez pude incorporarme de lleno a la coreografía y fue muy emocionante.

¿Cree que los bailarines en la música merengue de los años 80 y 90 tenían un papel más importante que los bailarines en la música actual?

Creo que sí. En ese momento se exigía mucho tanto a la coreografía como al canto, pero poco a poco se fue perdiendo. Ahora los solistas ya no bailan, sólo cantan y los coreógrafos son sólo coreógrafos.

¿Cómo se comparan los movimientos de baile y coreografías del merengue de los años 80 y 90 con los de la música actual?

Buena pregunta. Había más dedicación y más garantía en lo que se hacía porque había demanda y por ende mucha competencia en esos años. Ahora no se toman en serio la coreografía, sólo se limitan a mover el cuerpo.

¿Cuál es su opinión sobre la tendencia actual de algunos intérpretes de cantar con playback?

El playback es bueno para videoclip o muchas veces para una buena promoción. Pero particularmente cuando se canta en vivo, nada lo supera, incluso si hay errores.

¿Cree que la instrumentación y la complejidad musical eran más importantes en el merengue de los años 80 y 90 que en la música actual?

Sí, debido a la gran demanda de músicos en ese momento, la mayoría de ellos eran músicos muy preparados, dedicados, muy profesionales, capaces de hacer cosas muy complejas. En la actualidad no hay mucha demanda, por lo tanto no hay mucha preocupación por hacer trabajos difíciles, ni musicalmente ni en voces.

¿Ha notado algún cambio en la forma en que los músicos y productores producen y graban música de merengue desde los años 80 y 90?

Si hablamos de República Dominicana específicamente, ha mantenido la misma o mejor calidad en las producciones; la diferencia es la época. Los de los años ochenta y noventa tuvieron más proyección.

¿Cómo ha evolucionado la tecnología de grabación y producción en el merengue y cómo ha influido en la música en general?

Es importante mencionar que vengo de analógico. Cuando apareció la era digital, como todo lo nuevo, nos sorprendió y ayudó mucho. Pero cualquiera puede darse cuenta que la música de hoy es todo muñequitos, todo es falso; hasta las voces son pasadas por máquinas que te afinan y así cualquiera canta. Lo bueno es que si quieres disfrutar de un buen merengue, todavía escucharás tambora, güira, congas, piano, bajo, saxofones, trompetas y trombones reales.

¿Hay algo que le gustaría agregar?

Gracias por esta magnífica oportunidad de comunicarme con tu público. Permíteme también saludar a todas las personas que aún me escriben en las diferentes redes sociales después de tanto tiempo, y también aprovecho para decirles a las personas que no se olviden de Dios, todo en la vida pasa. Nada es nuestro y seguramente nada nos llevaremos cuando dejemos esta tierra, por lo tanto, busquemos a Dios mientras pueda ser hallado. Bendiciones.


🪘🎷▶️ Jorge Gómez interpretando «El Africano» en Viña del Mar en 1990:


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