Por pura casualidad, el año pasado encontré un retrato de José Trinidad Reyes (1797-1855), uno de los fundadores de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). En un principio me pregunté con qué proceso fotográfico se habrá realizado. Tomando en cuenta la época que le tocó vivir y su aspecto en la fotografía, ahora no tengo dudas de que se trata de un daguerrotipo.
Las décadas que siguieron a la invención de la fotografía fueron un tanto estériles en lo que concierne a nuestro país. Sin embargo, de acuerdo con el acervo fotográfico consultado en algunos repositorios, se publicaban ilustraciones, daguerrotipos, ferrotipos, ilustraciones y litografías. Se conservan por ejemplo los retratos de presidentes y paisajes elaborados por el periodista y arqueólogo aficionado Ephraim George Squier para el libro Exploraciones y aventuras en Honduras del estadounidense William Wells, entre otros.
De modo que la fotografía decimonónica en Honduras hace su entrada tardíamente, de hecho, no es sino el fotógrafo Juan T. Aguirre uno de los primeros que impulsó la fotografía a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, abriendo su propio estudio en Tegucigalpa junto a su hermano, con quien se dedicaba a retratar a altos funcionarios o personas de la alta clase. Así que en el comienzo, la fotografía era un privilegio reservado a este segmento de la población.
De este artista, la Biblioteca Digital de la Universidad de Tulane conserva una hermosa colección de fotos de los inmuebles coloniales capitalinos que apareció en el Primer Anuario Estadístico del historiador Ramón Vallejo. Asimismo, se pueden encontrar en fototecas particulares.
Años más tarde, durante el comienzo del auge de las empresas bananeras (1900) y en la guerra de 1924 otro tipo de personajes y paisajes son retratados.
Algunas fotografías decimonónicas
Emiliano
¡Ah Honduras! Tan lenta en cuanto a adquirir tecnología; esta brecha se redujo un poco hasta los años 1995, cuando la llegada de vestuarios y aparatos se volvió ya mas accesible y no solo eso, estos vienen con pocos días de fabricación, en tiempos de Marco Aurelio Soto era frecuente ver cosas que tal vez en Europa ya habían avanzado y aquí todavía era novedad.