En la ciudad más grande del país, había un hombre que siempre iba con su familia a la iglesia, trabajaba de lunes a viernes y defendía fervientemente los valores tradicionales.

Asesinaron a la loca aquella, le dijeron una mañana. Eso le pasa por no ser un hombre de verdad, respondió burlón. Golpearon al indio aquel, escuchó en la tarde. Eso le pasa por no quedarse en el monte, dijo.

Aquella misma noche, escuchó tres disparos que se le habían quedado colgados en la piel. Eso le pasa por pervertido, dijeron al dejarlo tirado.



DATOS VITALES | Jasson Cerrato. Tegucigalpa (1996). Docente universitario, fotógrafo y ciberactivista por los derechos diversos.


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