En esta historieta ilustrada por Garabatos (Luis Barahona) y publicada por la revista cultural BUCENTAURO, abordamos el curioso origen de tres palabras hondureñas que nombran la misma fruta: banano, guineo y mínimo. Lejos de ser simples sinónimos, cada término guarda rastros de historia, economía y cultura popular.

Durante el siglo XIX, Honduras se convirtió en uno de los mayores exportadores de banano del mundo, en gran parte debido a la influencia de compañías extranjeras como la United Fruit Company. Este auge marcó no solo el paisaje económico, sino también el lenguaje cotidiano. A tal punto que el país fue conocido internacionalmente como una “república bananera”.

Banano: ¿una palabra árabe?

Una de las teorías más curiosas sugiere que la palabra banano proviene del árabe banān, que significa dedo. Aunque esta relación no está del todo comprobada, resulta sugestiva si se considera que en las plantaciones se usaban términos como mano, gajo y dedo para nombrar las partes del racimo. Así, un racimo era una mano, y cada unidad de fruta era un dedo.

Guineo: raíces africanas

El término guineo podría estar vinculado con África Occidental. Algunas fuentes lingüísticas afirman que la palabra banana se originó en lenguas africanas y que las primeras cepas de esta fruta llegaron a América desde regiones como Nigeria, el Congo o Guinea. Esto explicaría por qué aún se usa guineo en muchas zonas del Caribe y Centroamérica, especialmente en contextos informales o rurales.

Mínimo: una fruta que no alcanzó el estándar

En los años 80, la exportación del banano requería medidas estrictas: un largo mínimo de 20.3 cm, un diámetro estándar y una curvatura específica. Los frutos que no cumplían con estos criterios eran descartados mediante una técnica conocida como poda, en la que se eliminaban las “manos” pequeñas del racimo. Estos bananos, considerados de menor calidad para el mercado internacional, se vendían localmente. Así nació el término mínimo, una manera de resignificar el descarte desde lo popular.


HISTORIETA: ¿Banano, mínimo o guineo?
Historieta original | Historia: Yonny Rodríguez; diseño gráfico y conceptual: Luis Barahona.

La «rivalidad» lingüística entre Tegucigalpa y San Pedro Sula

En Honduras, nombrar al banano es mucho más que elegir una palabra. Es un reflejo de identidades regionales que se entrelazan con la historia y la cultura. En San Pedro Sula, guineo es un emblema del lenguaje cotidiano. Resuena en mercados y charlas informales del norte con ecos de las raíces caribeñas y africanas.

En Tegucigalpa, mínimo se alza como un término cargado de ingenio popular, un homenaje a esos bananos pequeños que, aunque descartados por los estándares de exportación, se ganaron un lugar en el corazón de la capital.


Banano, guineo o mínimo historieta Bucentauro Garabatos
Así comenzó la historieta que cuenta la historia del banano, el guineo y el mínimo en Honduras.

Como si fueran una denominación de origen, guineo y mínimo actúan como sellos culturales que distinguen a sus comunidades. Ningún término está “mal”: cada uno es un marcador de identidad, una etiqueta que cuenta una historia única sobre el paisaje, la economía y la creatividad lingüística de Honduras.

En redes sociales y conversaciones entre amigos, esta “rivalidad” se vive con humor, con sampedranos defendiendo guineo y capitalinos abogando por mínimo en debates jocosos que celebran la diversidad del lenguaje.


Esta historieta es parte del esfuerzo de BUCENTAURO por rescatar el lenguaje popular hondureño y mostrar cómo, detrás de cada palabra, hay una historia que contar.


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