Honduras es una de las sociedades con uno de los índices de violencia más altos del mundo, resultado de autoridades negligentes, corrupción, pocas fuentes de trabajo y narcotráfico. Según el diario La Prensa, en 2015 hubo 5148 asesinatos, y en el 2016 aumentó la cifra a 5154. Es decir, un aproximado de 15 muertes violentas al día.[1]

Como evidencian los datos, la violencia se volvió un elemento del diario vivir de los hondureños. Los artistas inmersos en esta peculiaridad se verán influenciados a crear sobre esta temática. Para este estudio tomamos a los poetas Xiomara Bu, con su obra Fugas a la luz del espejo (2006) y Al límite del tiempo (2009), Yonny Rodríguez con su obra De crisis y catarsis (2016) y al narrador Edgardo Molina con su obra La mitad de mi cerebro (2017).

La violencia hacia la naturaleza

El poeta Rodríguez, en su poema titulado Una pintura (página 70), de la sección Candela entre la niebla de su poemario, nos permite visualizar cómo el capitalismo contribuye a la perpetuidad de la violencia. Poema dedicado a la activista hondureña Berta Cáceres, asesinada el 3 de marzo del 2016.

El poema se dividió en cuatro tópicos: Berta indomable, Berta protectora, su transcendencia y muerte y, por último, el de herencia de Berta.

El primer tópico lo encontramos desde el verso 1 hasta el verso 18. Se hace una descripción de Berta con base en elementos de la naturaleza: olas del río Gualcarque (verso 2), copa de roble joven (verso 4), broncas llamaradas (verso 9), pisadas de agua, roca y madera (verso 15). En esta descripción de Berta vemos una dicotomía entre lo maleable y lo inmóvil: «La mirada de Berta / es perpetuamente rígida, / torrencialmente dulce (Rodríguez 70)».  Evidenciando así la totalidad de Berta, por una parte, es flexible: torrencialmente dulce, cabello de roble joven; y a la vez es rígida: pisadas de roca.

Es en esta totalidad de Berta donde surge su indomabilidad: algunas veces será escurridiza como el agua, y otras veces inamovible como piedra. Notamos en esta descripción, además, su ferocidad: «broncas llamaradas / se amotinan en su pecho»; «Aquí viene; / cabalga delante / de un tsunami de gente.» (Ibíd.) Y además de su ferocidad, vemos su liderazgo: «espolea las olas del río Gualcarque»; «cabalga delante / de un tsunami de gente.» (Ibíd.)

El segundo tópico lo encontramos entre los versos 30 y 36, los cuales marcan una división: la vida y la muerte de Berta. Aquí vemos su faceta activista: «guerrera de palabra en boca, / de acción continua: la Artemisa contemporánea.» (Rodríguez 71). Se la compara a la diosa griega de la caza, divinizando su amor a la naturaleza.

Es en los versos «de sangre azul; / los de ojos rasgados que traen ideas caóticas.» (Ibíd.) donde el poeta nos sugiere quiénes fueron los autores del asesinato de Berta. Al hablarnos «de sangre azul» se refiere a los militantes del Partido Nacional, reconocidos por su bandera azul de estrella blanca, quienes en la época del asesinato de Berta estaban en el poder. El Partido Nacional es harto conocido por sus afiliaciones con el bajo mundo. Tal es el caso del hermano del presidente Juan Orlando Hernández, Antonio Hernández, involucrado con los Cachiros, reconocidos narcotraficantes hondureños (Melgar, párr. 1).

Esta organización ilícita también señaló al expresidente Porfirio Sosa y miembros de su familia como cooperadores, siendo éste también militante del Partido Nacional (Melgar, párr. 12). Además de esto, el poeta nos introduce otros actantes: «los de ojos rasgados»; y es que cuando ocurre el asesinato de Berta, se produce debido a que ella se oponía al proyecto hidroeléctrico de la compañía china Sinohydro. La violencia es en esta situación un resultado del Capitalismo: la intención de privatizar un bien público (El río Gualcarque).

Honduras es uno de los países donde más se han asesinado ambientalistas en el mundo. Los otros dos países son Perú y Brasil (Martins, párr. 15). Antes de Berta murieron muchos activistas, incluyendo a dirigentes de su grupo étnico, los Lencas, una de las etnias más importantes del país. Sin embargo, su lucha no terminó en su muerte, eso lo vemos ejemplificado en los versos restantes del poema, de los cuales mencionaremos: «Berta es rosa náutica; / sus cuatro puntas se reparten / por los confines / propagando / el rumbo de su lucha.» (Rodríguez 71).  Con su muerte Berta pasó a ser un símbolo de que sí se puede cambiar el mundo e impedir injusticias, como la que hubiese ocurrido de haberse construido la represa Agua Zarca.

Violencia congénita al humano

El narrador Edgardo Molina en su relato El cambia mentes nos plantea una realidad futurista. En el año 2435 se crea una máquina capaz de cambiar mentes. Eligieron a un perro y a un humano, y cambiaron de cuerpo. Lo interesante de esto no termina aquí, sino cómo este intercambio influye en los canes y en la humanidad: «Y así fue como la humanidad pasó su mente a los perros y los perros pasaron su mente a la humanidad… Los perros ya no son fieles, ahora los humanos lo somos. Los perros hacen las guerras, no los humano.» (Molina 13). Vemos aquí que quienes eran violentos no eran los perros sino los humanos. Al cambiar las mentes, los perros pasan a tener el pensamiento de los humanos y los humanos el de los perros, por eso son los perros quienes hacen la guerra.

En esta peculiar comparación entre humanos y canes, Molina nos presenta una fuerte crítica a la humanidad: somos peores que perros. Aquí Molina nos expone que la violencia es algo perteneciente solamente a los humanos, no a ningún otro animal o ser viviente. Son los humanos de mente canina quienes se vuelven fieles, pacíficos.

Violencia Institucionalizada

La violencia evidenciada en el relato Civiles podría ser la violencia más común que se da no sólo en Honduras, sino en cualquier parte del mundo: la perpetuada por las élites de poder. El relato trata de un estudiante que es encarcelado; sin embargo, a pesar de su condición, no se somete: «Me golpeó, mas no callé, me golpearon, pero seguí, canté toda la noche. Estaba encerrado; pero si dormía o no, ese era mi problema y mi elección.» (Molina 17).

El encarcelamiento del protagonista, como se verá al final del relato, no es por un crimen, sino por razones políticas, como explica Foucault en su obra Vigilar y Castigar:

… educar su cuerpo, codificar su comportamiento continuo, mantenerlos en una visibilidad sin lagunas, formar en torno de ellos todo un aparato de observación, de registro y de notaciones, constituir sobre ellos un saber que se acumula y se centraliza. La forma general de un equipo para volver a los individuos dóciles y útiles, por un trabajo preciso sobre su cuerpo, ha diseñado la institución-prisión, antes que la ley la definiera como la pena por excelencia. (Foucault, 233).

Lo que se busca con el encarcelamiento es que el protagonista cese su individualidad, su lucha contra el sistema. Por eso los soldados lo golpean, para que deje de cantar, deje de luchar: deje de ser él mismo.

Los dos actantes principales del relato, el estudiante y el soldado, no son fortuitos. En la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en la última década se han gestado múltiples disputas entre los estudiantes universitarios y las autoridades, debido a irregularidades perpetuadas por estas últimas. Y en estas disputas, muchas veces se ha visto la intervención militar, una de las más fuertes ocurrió el viernes 1 de julio del 2016, cuando trescientos policías antimotines y cobras ingresaron violentamente a las instalaciones de Ciudad Universitaria de Tegucigalpa para desalojar a los estudiantes que ya llevaban en tomas aproximadamente veintiséis días. Este desalojo daría como resultado el encarcelamiento de veinticuatro estudiantes.[2]

Con esto podemos verificar que se posee un contexto social contemporáneo, incluso, el narrador bien pudo inspirarse en este suceso para escribir su obra. Este acontecimiento nos recuerda lo que explicaba Foucault:

En esta misma violencia, aventurada y ritual, los reformadores del siglo XVIII denunciaron por el contrario lo que excede, de una parte y de otra, el ejercicio legítimo del poder: la tiranía, según ellos, se enfrenta en la violencia a la rebelión; llámanse la una a la otra. Doble peligro. Es preciso que la justicia criminal, en lugar de vengarse, castigue al fin. (Foucault, 78).

Se percibe la actitud de las autoridades universitarias como una tiranía: en vez de querer hablar con los estudiantes, optan por una respuesta violenta, como es el desalojo armado de Ciudad Universitaria. El encarcelamiento, como explica Foucault, más que vengarse, es castigo; pero también es intimidación: si veo que a mis compañeros los encarcelan por luchar, yo dejaré de hacerlo por miedo al encarcelamiento. También hay que traer a colación el desprestigio social: si alguien estuvo encarcelado, independientemente de los motivos, se le verá con prejuicio, ya que, según el pensamiento colectivo, la cárcel es sólo para inmorales.

El relato termina con que el soldado no ha podido dormir, lo que lo lleva a una disputa con su superior, concluyendo esto en el despido del soldado:

«Al salir a la calle, el soldado apareció de la nada, no tenía uniforme, ni arma, se me acercó, yo preparaba mi ira y mis puños cuando de pronto dijo:

—¿Dónde es la lucha? —» (Molina, 17).

Con este final Molina afirma dos puntos. El primero, que la violencia tenía un origen político: ahora el soldado sin su puesto militar ya no ejerce la violencia contra el estudiante. Segundo, que el soldado al no poseer ninguno de sus beneficios de militar, ahora sí decide apoyar la lucha del estudiante.

Mundo de hienas

La crítica social de Xiomara Bu podríamos definirla como una abstracción de los problemas que aquejan a la comunidad.  En los poemas Rostros, perteneciente al poemario Fugas a la luz del espejo, y el poema Mi patria del poemario Al límite del tiempo, nos presentan la violencia como resultado de las necesidades humanas incapaces de suplirse, dando como resultado una sociedad indigesta.

En Rostros, Bu nos habla de un mundo de hienas (Bu, 22), donde el hambre personificada devora sonrisas y evapora ternuras. La imagen «mundo de hienas» nos remite un mundo agresivo. Las hienas son animales carroñeros y violentos que luchan entre sí para alimentarse.

Es la necesidad de comer la que obliga al mundo a ser violento, a luchar unos entre otros.  Para Bu, en este poema la violencia surge de la carencia de alimentos: si todos pudieran comer, no habría hambre, de no haber hambre, se conservaría la sonrisa y la ternura en los rostros.

En el poema Mi patria, el «yo poético» hace responsable a los ciudadanos de la propia miseria del país: «y sin embargo / somos culpables del dolor de la patria» (Bu, 94), miseria que ha interiorizado: «Ahora salgo de mí misma / para sentirme ajena / a la muerte/ al dolor / al hambre / a la injusticia» (ibíd.). Debe agregarse que, a pesar del dolor y la miseria, la patria sigue siendo manantial de sueños desbordados; sin embargo, estos sueños son asesinados por la envidia.

En este poema el «mundo de hienas» (es decir, la violencia) se ve en los sueños asesinados por la envidia. Las hienas son conocidas también por robarle las presas a otros depredadores, es decir, que los sueños serían el alimento de otro, siendo asesinado por los demás.

Como vemos, la violencia es resultado del hambre, la miseria y demás necesidades que llevan a un mundo a convertirse en carroñeros, en hienas.

Sociedad deshumanizada

La corrupción es el poema que introduce Al límite del tiempo (2009) de la poeta Xiomara Bu. Es un poema que describe la situación actual de Honduras. Los tópicos principales de este poema son cómo la corrupción afecta a la sociedad y cómo se ha ido incorporando a ésta.

En los versos: «se desliza fugitiva / presa en el desencanto de las voces que la acusan / Sabe disfrutar el beso de los judas» (Bu, 7), vemos, por una parte, al colectivo quejándose de la corrupción (Voces que la acusan) y, por otra parte, están los que se sirven de la corrupción: sabe disfrutar el beso de los judas. El «se desliza fugitiva» nos remite a su capacidad evasiva de continuar presente en la sociedad hondureña, a pesar del repudio del pueblo.

El desarrollo parcial de la sociedad es un fenómeno más que hondureño, latinoamericano, y es evidenciado entre los versos diez al trece: «La ciudad se eleva en majestuosos moles / y cuando cae la noche y cesa la algarabía / la miseria se refugia en cartones» (Bu, 7). Por una parte, vemos grandes infraestructuras, y por otra, el abandono de los más necesitados, obligados a vivir en situaciones infrahumanas.

Este fenómeno de la deshumanización de la sociedad hondureña es un tópico que los tres autores tocarán, enlazándolo con la violencia.

El protagonista del poema «Hibernación», de Yonny Rodríguez, nos habla de un sujeto observante, que se pudre enfrente de la televisión (Rodríguez, 16) sin hacer nada por la sociedad. La televisión pasa a ser un elemento clave en los autores, como en el relato «Como en Hollywood» de Edgardo Molina, donde la protagonista presencia el asesinato de un vecino, y sin verse conmovida por tal acto, llamó al 911 para encender su televisor y formar parte de la noticia (Molina, 19). Como el nombre lo indica, la protagonista toma el asesinato de su vecino como entretenimiento y su oportunidad de saltar a la fama. Sin embargo, esto nunca pasa.

En ese relato evidenciamos la ineficacia de la policía hondureña: la protagonista llamó a la policía, pero ésta llegó hasta pasadas ocho horas del acto.

En el poema de Bu, la violencia es hija de la corrupción, en el poema de Rodríguez, la violencia es un elemento distante del protagonista por este no salir de su habitación; y en el relato de Molina, la protagonista ve en la muerte de su vecino un beneficio para ella. En estas tres obras evidenciamos una sociedad incapaz de conmoverse, seguramente por la cantidad altísima de violencia, a la cual se ha ido acostumbrando y que, con el paso del tiempo, la ha deshumanizado.

Conclusiones

  • Los autores tendrán en común la pasividad del pueblo hondureño en cuanto a la violencia.  En la obra de Edgardo Molina vemos la influencia casi imperceptible de las películas violentas, naturalizándola en el diario vivir hondureño. Para Yonny Rodríguez, la violencia es ajena al protagonista, quien sólo la observa desde un televisor.  Xiomara Bu nos presenta la corrupción como el agente que acrecienta la diferencia entre ricos y pobres, promoviendo así la violencia.
  • La naturaleza se ve afectada por el capitalismo, y éste violenta la vida de los defensores de la vida, con tal de continuar explotando los recursos naturales del país.
  • Son las élites de poder las que ejercen la violencia hacia aquellos individuos que estén contra su voluntad.
  • Es la necesidad de mantenerse lo que lleva a las personas a robar, matar y dejarse atrapar por la corrupción: si no tienen para comer, la violencia es el único camino que ven para progresar.

Bibliografía

Bu, Xiomara.  Fugas a la luz del espejo.  Honduras: Ediciones SABER, 2006.

Bu, Xiomara.  Al límite del tiempo.  Honduras: Ediciones SABER, 2009.

Foucault, Michel.  Las palabras y las cosas.  Argentina: Siglo veintiuno editores, 1968.

Foucault, Michel. Estética, Ética y Hermenéutica.  España: Paidós, 1999.

Foucault, Michel. El gobierno de sí y de los otros.  Buenos Aires, Argentina: Fondo de Cultura Económica, 2009.

Foucault, Michel. El poder, una bestia magnífica.  Argentina: Siglo veintiuno editores, 2012.

Eagletón, Terry.  Marxism and Literary Criticism.  Reino Unido: Routledge, 1976.

Golubov, Nattie.  La crítica literaria feminista.  México: UNAM, Facultad de Filosofía y Letras, 2012.

Molina, Edgardo.  La mitad de mi cerebro.  Honduras: Editorial San Ignacio, 2017.

Moore, Henrietta.  Antropología y feminismo.  Madrid, España: Ediciones Cátedra, 2009.

Rodríguez, Yonny.  De crisis y catarsis.  Honduras: Xoxonal Editores, 2016.

Williams, Raymond.  Marxismo y literatura.  Barcelona, España: Ediciones Península, 1977.

Melgar, Ana.  “Narcotraficante hondureño señala a hermano de presidente Juan Orlando Hernández”. CNN en Español. 17 marzo, 2017. 22 de julio del 2017 <http://cnnespanol.cnn.com/2017/03/17/narcotraficante-hondureno-senala-a-hermano-de-presidente-juan-orlando-hernandez/>

Martins, Alejandra. “Honduras: matan a Berta Cáceres, la activista que le torció la mano al Banco Mundial y a China”.  BBC Mundo.  3 marzo, 2016.  22 de julio del 2017

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150423_honduras_berta_caceres_am

[1] Datos disponibles en: http://www.laprensa.hn/honduras/1032921-410/tasa-de-homicidios-fue-de-59-por-cada-100000-habitantes

[2] Para más información visitar http://www.laprensa.hn/honduras/975691-410/capturan-a-24-estudiantes-que-ten%C3%ADan-tomada-la-unah-tras-desalojo

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