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Masculinismo y literatura: «Farewell», un cuento de Jorge Medina García

Disclaimer: antes de empezar, quiero hacerme completamente responsable de lo que se leerá a continuación, si algunos radicales planean «funar» sin razón a alguien por lo expresado en este texto que sea a su autor, no al director de la revista digital.

Pues bien, empecemos por el principio. Farewell es un breve relato que aparece en el libro La oscuridad nuestra de cada día (2007), publicado por Editorial Guaymuras y cuya autoría pertenece al justamente consagrado autor hondureño Jorge Medina García.
El texto nos narra las aventuras de un ciertamente problemático niño en edad escolar (nueve años) apodado Guayo, quien luego de aparentemente hacer trampa en un concurso de dibujo al prócer José Trinidad Cabañas se hace acreedor de una «pelota de fútbol virguita, enteramente blanca y brillante con un puma abalanzándose pintado de negro», con la cual procura solazarse con sus compañeros de clase e inclusive se gana un castigo disciplinar luego de participar en una trifulca posterior a su encuentro deportivo.

Aunque la manera en que, por momentos, el narrador funde su voz con la del personaje protagonista resulta tan interesante como la desembarazada estilística con que el autor nos presenta la pobreza, el fracaso del sueño urbano, la picardía e inocencia infantil, entre otros temas, el presente pretende puntualizar sobre un fenómeno extraliterario de igual relevancia: la deserción y el trabajo infantil masculino, y por extensión, las problemáticas que acaecen sobre el género varonil.

Hacia el final del relato, se nos da cuenta de que, aunque nuestro protagonista encontró en la profesora Carmen Burgos alguien en quien inspirarse para cambiar su actitud problemática e inclusive siente deseos de «echarle ganas» al estudio, Guayo debe abandonar la escuela pues su abuelo paterno, quien lo criaba junto a su esposa, ha muerto y ahora él tiene que velar por el bienestar económico:

El abuelo murió la semana pasada y ahora sólo (sic) estamos la abuela, mi hermana y yo. No tengo sueño, pero debo tratar de dormir porque mañana, después de moler el nixtamal, tengo que ir a la escuela, reclamar mi pelota, esperar el recreo para armar el partido y, sólo (sic) después de éste (sic), decirle a la profesora a sola, donde nadie nos oiga, porque me da pena, que el otro año mandaré a mi hermana a la escuela, pero que yo ya no podré volver nunca más a sus clases porque el abuelo murió y ahora soy el hombre de la casa.

Medina García, 2017.

Con esto, lo que Medina García evidencia no es solamente una cruda realidad nacional acerca de las condiciones de pobreza que obligan a afrontar el mundo laboral a los infantes desde muy temprana edad en nuestro país (lugar donde acontecen mayoritariamente sus narraciones), sino también un esquema social bajo el cual el varón se ve obligado a desertar del sistema educativo y sumergirse en las difíciles condiciones que representan el trabajo infantil en pro de sostener al núcleo familiar.

En su informe sobre la educación y la deserción escolar titulado No dejar a ningún niño atrás. Informe mundial sobre el abandono escolar de los varones, la UNESCO advierte que «la educación es un derecho humano fundamental para todos y todas y para alcanzarlo es preciso abordar las desventajas que sufren los niños varones en materia de educación y abandono» (UNESCO, 2022).

En dicho texto, se advierte que de los 259 millones de niños y jóvenes en edad escolar para cursar primaria y secundaria que no iban a la escuela al menos 132 millones, es decir, más de la mitad, eran varones. Además, en muchos países, son los varones los que corren mayores riesgos de repetir curso (en 130 de los 142 países que proveen datos), no avanzar, no adquirir el aprendizaje preciso o no terminar la escuela. Aunado a eso, apenas 88 varones por cada 100 mujeres se matriculan en nivel terciario; siendo que «por cada 100 mujeres que se gradúan de la universidad hay entre 61 y 70 hombres que lo hacen» (Kreimer, 2021).

En Honduras, según datos de la Secretaría de Educación y el Sistema de Administración de Centros Educativos (SACE), en 2015 hubo un total de 21,783 niñas desertoras, en contraste con los 26,505 niños en la misma condición; en 2016, la cifra fue de 26,420 niñas y 32,932 niños; mientras que en 2017 fue de 36,600 niñas y 39,377 niños (Secretaría de Educación, 2017).

Los datos anteriores resultan más alarmantes por cuanto se ha dicho que hubo una considerable reducción de 100,000 estudiantes menos matriculados en 2021 en comparación con el año anterior y en ese año hubo otros 250,000 menos que en 2019 (Canahuati Durón, 2021).

Tal como ya se ha dicho, «La pobreza y la necesidad de trabajar figuran entre los principales factores del abandono escolar de los niños» (UNESCO, 2022) y:

Apoyar a los niños no significa que las niñas se conviertan en las perdedoras o viceversa. Al contrario, la igualdad de oportunidades en materia de educación beneficia tanto a las niñas como a los niños, así como a la sociedad en su conjunto.

Ibid

Por otro lado, el trabajo infantil se define como:

[…] la participación económica de las personas que aún no han cumplido 18 años y están inmersas en ocupaciones laborales en condiciones de explotación económica, en ocupaciones que pueden ser peligrosas o entorpecer su educación o que sean perjudiciales para la salud física y mental o para el desarrollo espiritual, mental o social del niño o niña.

Convención Internacional de los Derechos del Niño, art. 33, citado en Observatorio de los Derechos de los niños, 2011.

Según datos de UNICEF y la OIT, hay al menos 160 millones de niños en condición de trabajo infantil, de los cuales 79 millones están en condición de trabajo peligroso; además, para lo que atañe al presente, en «números absolutos» los niños superan por 34 millones a las niñas en dichas condiciones (UNICEF y OIT, 2020).

La página de divulgación Masculinismo México lo resume en un gráfico de la siguiente manera:

Fuente: (Masculinismo México, 2022).

Para el caso hondureño, se ha revelado que existen por lo menos 412,122 menores de edad en condición de trabajo, de los cuales un 76.6% son varones y el 25.4% son mujeres (Observatorio de los Derechos de los niños, 2011). Ante este panorama, cualquier institución que se jacte de seriedad se pronunciará sobre que el trabajo infantil debe ser abolido.

Pues bien, bajo riesgo de crítica por no ahondar sobre los matices y variables de los datos porcentuales anteriormente abordados, resulta claro que la posición del varón frente a la mujer infante es desproporcionadamente más desaventajada tanto en el ámbito del fracaso escolar como en el de la inserción en el mundo laboral a tempranas edades.

Esto se presenta como más grave cuando lo vemos desde la perspectiva masculinista, la cual denuncia que al varón se le socializa para ejercer un rol de protector y proveedor de la familia «a toda costa», de manera que no solamente factores externos como la pobreza, la necesidad, la falta de oportunidades y la desigualdad lo obligan a desertar de la escuela y unirse a las filas de masa laburante, sino también un determinado discurso imperante que le exige cumplir un «rol de hombre» referente a velar económicamente por los suyos.

De hecho, si nos permitimos ser un poco acuciosos, lo anterior está intrínsecamente relacionado con lo que se ha denominado «desechabilidad masculina», concepto que «describe la tendencia a preocuparse menos por la seguridad y el bienestar de los hombres que por el de las mujeres» (Kouloglou, 2019). En el caso del personaje Guayo, es socialmente aceptable «desecharlo» del sistema educativo por el «bien mayor» que representa la estabilidad de las mujeres por quienes «responde».

Ante lo anterior, surge, de entre muchas, una interrogante que puede resultar cuando menos algo incómoda: ¿cómo puede persistir un discurso hegemónico donde se dice que «el varón ha sido históricamente privilegiado» a la luz de las estadísticas antes descritas (y otras que por fuerza mayor no pueden agregarse en el presente)?

En realidad, múltiples libros, artículos y ensayos se han escrito que ayudan a dar luz al anterior y otros cuestionamientos de esta índole. El afamado psicólogo y filósofo Jordan Peterson, por poner un ejemplo, expresa abiertamente que «No vivimos una tiranía patriarcal. Caracterizar la relación hombre-mujer como una relación de dominio ignora la historia» y que «la historia no ha sido escrita por hombres, sino por una proporción pequeña de hombres» (González Harbour, 2018) Sin embargo, el presente no pretende sumar a dicha discusión, pues esa nunca ha sido nuestra intención primordial.

Lo que sí resulta de nuestro interés es el marco en que se contextualiza el texto de Medina García. Al tratar un tema tan obvio para la realidad global y, en especial, la hondureña, el autor visibiliza una problemática a la que muy pocos han querido darle la importancia que merece.

La narración de Guayo no es la historia sobre un infante al que «le toca» trabajar para mantener a su familia «y ya», sino más bien el testimonio vivo de que los varones sufren tantas y tan variadas vicisitudes desde los albores de sus años; que a los varones también se les socializa para cumplir un rol que beneficia a otros (habrá que preguntarse a quién) y no necesaria o directamente a ellos; que, aunque no pueda decirse con certeza que los varones son un «colectivo vulnerable», merecen empatía; que los varones tienen problemas y no «son [solamente] el problema» y que la proliferación de un discurso antidialéctico que niega su individualidad y sus matices y los encasilla a todos por igual como «grupo privilegiado» solo acrecienta una galopante misandría que no aporta, y, por el contrario, confronta.

En suma, cuando hablamos del relato Farewell hacemos referencia a una obra literaria propiamente masculinista por cuanto pone de manifiesto preguntas incómodas en el plano del debate sobre las dinámicas intergenéricas.

Con todo, el cuento de Medina García abre la posibilidad de realizar una nueva lectura a la producción literaria nacional, aplicando una crítica con perspectiva masculinista, que ahonde en la construcción de la imagen del varón a lo largo y ancho de dicha producción cultural, así como el de la mujer, las figuras no heteronormativas y sus dinámicas, que no necesariamente se oponga en el plano discursivo a la ya más que desarrollada crítica literaria feminista o queer, sino más bien la complemente, enriqueciendo la discusión sobre nuestro panorama artístico.


Lista de referencias

Canahuati Durón, C. M. (12 de noviembre de 2021). Deserción escolar es la suma de la falta de interés de los gobiernos: Russbel Hernández. https://presencia.unah.edu.hn/noticias/desercion-escolar-es-la-suma-de-la-falta-de-interes-de-los-gobiernos-russbel-hernandez/

González Harbour, B. (14 de noviembre de 2018). “Asociamos masculinidad con tiranía y eso es muy duro para los jóvenes”. Obtenido de https://elpais.com/cultura/2018/11/13/actualidad/1542130936_663611.html

Kouloglou, M. (2019). Teniendo en cuenta la hipótesis de la desechabilidad masculina. Proyecto Karnayna. https://carnaina.medium.com/teniendo-en-cuenta-la-hip%C3%B3tesis-de-la-desechabilidad-masculina-dcee90e4aa3

Kreimer, R. [Roxana Kreimer]. (19 de noviembre de 2021). MALA ÉPOCA PARA SER VARÓN (En el Día Internacional del hombre) [Archivo de Video]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=CjIKm5rN1mc&t=3s

Masculinismo México. (30 de abril de 2022). #Masculinismo | #30deAbril: A pesar de que esté día debería de ser de celebración, no hay que olvidar datos como estos [Página de Facebook]. Facebook. Recuperado el 12 de mayo de 2022 de https://www.facebook.com/MasculinismoMexicoOficial/photos/a.105040438062838/477737530793125/

Medina García, J. (2007). La oscuridad nuestra de cada día. Editorial Guaymuras.

Observatorio de los Derechos de los Niños, Niñas y Jóvenes de Honduras. (Octubre de 2011). El trabajo infantil en Honduras. Casa Alianza.

Secretaría de Educación. (2017). Catálogo deserción escolar 2015-2017. Unidad del Sistema Nacional de Información Educativa de Honduras.

UNESCO. (2022). No dejar a ningún niño atrás. Informe mundial sobre el abandono escolar de los varones. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000381106_spa

UNESCO. (7 de abril de 2022). Qué debemos saber acerca del informe mundial de la UNESCO sobre el abandono escolar por parte de los niño. https://www.unesco.org/es/articles/que-debemos-saber-acerca-del-informe-mundial-de-la-unesco-sobre-el-abandono-escolar-por#:~:text=A%20escala%20mundial%2C%20solo%2088,abandono%20escolar%20de%20los%20ni%C3%B1os.

UNICEF y OIT. (2020). Trabajo infantil. Estimaciones mundiales 2020, tendencias y el camino a seguir.  https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_norm/—ipec/documents/publication/wcms_800301.pdf


 

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2 Comentarios

  1. Julio Escoto

    Hola. ¿Le gustaría que le regalara para BUCENTAURO un fragmento de la novela que escribo ahora y que espero concluir en Diciembre?

  2. P. Escoto

    Señor Julio Escoto, me interesa comunicarme con usted, referente a antepasados en común de la familia Escoto. Puede comunicarse conmigo mapinesc@yahoo.com.

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