Darwin «Dar» Barahona (Tegucigalpa, Honduras) es diseñador y escritor. Publicó los libros Estaciones del hambre punk (relatos) y Un dios underground (narrativa). En 2019 publicará la novela Paco. También participó en los filmes animados Crisis existencial y Tgus. Dada su trayectoria en el ámbito de la literatura, desde Bucentauro quisimos conocer sobre sus oficios, también su visión de algunos temas de interés común.


¿Cómo fue tu primer contacto con las letras? ¿qué te motivó hacer literatura?

Fue a través de dos tíos. Uno de ellos era poeta y el otro era profesor de literatura. Una vez entré a la biblioteca de uno de ellos y me gustó lo que vi, leer sobre las pastas de aquellos libros nombres y apellidos como los de Jorge Luis Borges, Dante, Thomas Wolfe, Goethe, Octavio Paz, Rimbaud, Antonio José Rivas, Juan Rulfo, Charles Dickens, Juan Ramón Molina, Fiódor Dostoievski, William Blake, Hermann Hesse y Gunter Grass. Al leerlos me dio curiosidad por el mundo y su locura. Eso fue el clic, lo que me motivó a crear mundos apartes, deseos, fantasías, cosas que me hubiesen pasado o cosas que he experimentado.

¿Cuál es la recepción de la literatura hondureña en los países que has estado?

Hay poca referencia. En los círculos que me moví se escuchan los nombres de Mayra Oyuela, Edgardo Florián, Ludwing Varela, Albany Flores, Gustavo Campos, Santiago Fúnez, Roberto Sosa y Ramón Amaya Amador. En Alemania apoyan bastante, más si es vanguardia; se cree en el ciudadano del mundo y lo que éste les va a dar para entretenerlos. Si les gusta o no, te lo dicen, son directos y fríos, pero esto es bueno para tu crecimiento. Sobre los escritores hondureños se habla poco, sólo de los que acabo de mencionar. En Inglaterra, en los lugares que hice lecturas, sólo se escucha sobre el poeta Sosa y el novelista Amaya Amador. Los ingleses creen que la literatura latina está basada solamente en bananos, narcos, corrupcion, niños descalzos y medioevo. Les gusta el realismo mágico. Les gusta la magia, el ocultismo y el esoterismo. Allá se ve a Harry Potter tocando la guitarra y al Señor de los Anillos tocando la batería en cada túnel o pasadizo. ¿Y por qué no se escucha sobre los demás? Simple. Lo que ocurre es que estamos atrasados, a nuestra gente no le gusta leer. Allá los escritores tienen agentes, publicistas y toda una red para llegar al éxito. Aquí hay que trabajar en eso. Por ejemplo, las redes sociales muestran links para buscar y encontrar la conexión con esas personas.

¿Que pensás de publicar un libro en Honduras?

Es meraV. Durante el proceso de publicación de un libro se le da trabajo a mucha gente, desde el que diseña y maqueta hasta el que se encarga de llevar los libros a las librerías. En un país hermoso con un sistema cuasimodo y atrasado publicar viene siendo un hermoso y heroico acto.

¿Cuántos libros has publicado?

Dos libros: Estaciones del hambre punk (relatos) y Un dios underground (narrativa). Próximamente también publicaré la novela Paco, una sátira con toque político.

¿Cuál fue la recepción del público?

Pues, ya no tengo ninguno. Siempre se escucha de todo cuando es una literatura diferente. Por ejemplo, hay jóvenes de tierra adentro que no los asimilaron, no fue de su gusto porque vienen de otros gustos, ámbitos y escuelas. Pero a los de las ciudades sí les agradó. Como dicen en el mundo del diseño, si no te gustó ahora, en el futuro te parecerá interesante.

¿Cuál es tu proceso para escribir un cuento? En el momento que lo concebís, ¿lo tenés limpio, íntegro?

Los golpes y navajazos. Genero un bosquejo mental, a veces está conectado con un recuerdo o un deseo, después escribo, puede ser un par de frases y de ahí fluyo…

¿Qué autores hondureños y universales admitís que han sido tus maestros en este oficio?

Hay muchos. En Honduras me gusta Arturo Martínez Galindo, Amaya Amador, Roberto Sosa, Rigoberto Paredes, Clementina Suárez, Héctor Lastra, Leticia de Oyuela. También hay varios de San Pedro Sula cuyos nombres no recuerdo. Y seguramente hay más que todavía no he tenido el privilegio de leer. Escritores universales me gustan Phillip Roth, C. S. Lewis, Thomas Bernhard, Chuck Palahniuk, Marie Shelley, Jorge Luis Borges, Elfriede Jelinek, Fernando Vallejo Rendón, Harry Crews, Arthur Machen, Theodor Hoffmann, Hermann Hesse, Cronwell Jara y Alberto Fuguet, entre otros.

Tus cuentos encarnan la idiosincrasia hondureña. Esto es, abordás temas políticos, sociales y culturales sin perder el equilibrio literario. ¿Cómo llegaste a este punto?

Sí, pero también de las de otras nacionalidades. En mis libros hay personajes intensos que pueden ser malignos, con patrones de conducta fantoche; juego con eso, con el sentimentalismo, la doble moral, lo fácil en abundancia y el aleluya del neón… Así somos: milpa. Pero hay otros personajes agradables, de una sola pieza, por ejemplo. Los antihéroes del barrio tratan de ser de una sola pieza. Escribo, como decís, sobre la idiosincrasia, la bifurcación de la doble moral y la semiótica.

¿Has tenido problemas por escribir?

Hum, malinterpretaciones sí. Yo escribo sobre personajes locos, gais, tiranos, megalómanos, antihéroes; sobre izquierda o derecha y pobres o ricos, pues esa es la realidad, hay que ser como el agua, son personajes. A veces el problema lo tengo con mis amigos y familiares: me preguntan si ellos son esos personajes… Algunos se enojan o se alegran y otros se me acercan para sugerirme que escriba sobre ellos.

¿Y realmente lo son?

Unos sí con algunos tipos de desviaciones y cambios físicos, otros no lo son, je, je, je.

¿Para vos el escritor debe estar en la calle haciendo «investigación social» o debe solamente estar en su casa leyendo?

Ambas. En lo personal me gusta hacer investigación y empaparme de los personajes, pero hay gente que piensa que lo que hago es un memoir gonzo.

¿Cómo ves el panorama de las letras hondureñas, en este caso, la narrativa que se está escribiendo?

Creo que avanza, va muy bien. Hay gente que marcará una época brillante. Me gusta porque hay diversidad, las clicas ya se distinguen: escritores de serial killers, escritores de realismo sucio, poetas extremos, plagiadores, je, je, je… escritores de temas políticos, amor y guerra, etcétera. Lo que jode es que un lempira que se roba el gobierno es un lempira menos para la cultura.

¿Qué opinás sobre la crítica u opinión literaria que se hace en Honduras?

Je, je, je ¿Hay? Las ferias existen para los gustos y colores. Hablo alemán porque me encanta y jamás me metería a criticar a alguien sólo por que hable chino. Vos te llamas Yonny, ¿por qué te voy a criticar el nombre si a mí no me gusta? Puedo dar sugerencias, pero decir que algo es feo porque no es de mi agrado o destruir es una tontería. La crítica no tiene que ser segmentada y el crítico tiene que ser conocedor del tema, del estilo, etcétera. ¿Cómo vas a criticar a Lovecraft si sólo has leído un libro de él y tus gustos son del realismo mágico, Mc-ondos o el Sturm and Drang alemán? Por eso hay que leer y viajar, no importa donde; ver otras cosas, ser una esponja, el que no se actualiza se jode. Viajar te da un toque de aptitud, una visión periférica y un enfoque semiótico.

¿Qué pensás de los grupos de elogios mutuos que existen en el país?

Se entienden. Existen por los pongueros. Por eso como dije anteriormente, ahora hay diversidad, ves a qué estilo se dedican, pero ojo, si mantenés tu clica con hambre y sed, siempre te van a traicionar, je, je, je, y no digamos si hay vicios…

Lo anterior tiene conexión con tu gusto por el rock. ¿Qué influye para que bandas consideradas buenas toquen en Centroamérica, menos en Honduras, y que acá sólo traigan reguetón y artistas que ya van de salida?

Bueno, ahora muchas bandas famosas vienen aquí y lo veo muy bien por la retroalimentación que genera y lo que atrae. Como músico o artista ver un espectáculo así, desde el montaje de las luces hasta el escenario, es sorprendente… el espectáculo te inspira a seguir. El reguetón, pues, es un ritmo tropical para un país tropical que es hedonista y que no le gusta pensar… y claro, vas a lo bares, escuchás y decís, musicalmente estamos en los noventa. Somos como obsesivos con el pasado. Hay que crecer, dejar ir las cápsulas del pasado por un buen tiempo, je, je, je.

En marzo de 2017 el Estado no dejó entrar a Brujería. HCH junto con iglesias evangélicas hicieron una campaña en contra de la banda. ¿Cómo ves esta especie de doble moral?

Ellos le dicen guácala a este tipo de bandas, pero quizá su película favorita sea El Exorcista. Es entretenimiento, doble moral. La iglesia y los políticos quieren ver a la gente pobre e ignorante: esa es su mina de oro.

¿Por qué creés que medios como HCH triunfan en este país? En otras palabras, ¿por qué la chabacanería sí llama la atención?

Seguramente HCH sigue un guion. Ellos no están pensando para una audiencia educada. Por ejemplo, supongamos: votos rurales. Así controlan el inconsciente colectivo. Ahora te levantás, ves los estados de Facebook del canal o de los dueños y ya predecís qué pasará.

Hablanos acerca de las películas animadas en las que participaste, ¿cómo estuvo esta experiencia? ¿qué te impulsó a hacer cine?

Una se llama Crisis existencial. Participé en festivales de Alemania, Francia y Suiza. Fue una buena experiencia, aunque tampoco fue lo que esperaba. Sin embargo, me ayudó mucho a ser lo que soy. La otra fue un fracaso, pero del fracaso se aprende más, je, je, je, todo si o no es ganancia ahora.

Trabajás en el mundo del diseño y la publicidad, ¿qué te parece la cultura de los memes?

Me imagino que pronto los estudiantes de diseño o publicidad llevarán una clase sobre memes. Gracias a los políticos, a veces Honduras es como un meme pegado en una cuartería.

A propósito, desde 2018 el gobierno ha generado leyes que prohíben las libres publicaciones en redes sociales. ¿Con qué ojos ves estas acciones?

Pues, es una dictadura que desde ahora se volverá más avorazada, más caníbal. Esto genera más atraso en su máxima expresión. El dueño de la hacienda quiere pasarle el fierro al ganado. Me imagino que habrá más cárceles, quieren adoctrinarnos al crimen. Debe ser un gran negocio.

A inicio de año se aprobó la Ley de Cine en Honduras. También hace un mes el diputado de LIBRE Fabricio Sandoval presentó un proyecto de ley cuyo objetivo es «impulsar la cultura literaria hondureña en apoyo a los escritores nacionales». ¿Hay posibilidades de que prosperen?

Hay que ver… Me parece interesante… Y bueno, ojalá se dé.

¿Hay algo más que te gustaría agregar?

El feedback es muy importante. Si ya han pasado cinco años y en tu ámbito se sigue hablando de otros, huí y buscá otra trinchera. Ahí no vas a nada, soló a envejecer, a escuchar los nombres de esos otros. Hay que hacer lo que a uno le gusta, si no se hace, al final uno se termina odiando y dando asco. Uno estudia para tomar las mejores decisiones de la vida.


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