Ojojona y su creciente industria turística ya están listos para recibir miles de visitas durante el cálido feriado de Semana Santa. Así, llegan desde todas partes. Traen como objetivo descansar y retratar la monumentalidad de sus edificios.

El viajero tiene una imagen mental, un conocimiento previo. Pero para que esa imagen mental se concrete, es necesaria la presencia física del sujeto en el lugar.

Para acercarnos a la predilección de los turistas por el municipio, hicimos un experimento. Escribimos las palabras «Ojojona» y «turismo» en Google para ver cuáles son las búsquedas sugeridas. El resultado fue una cantidad excesiva de retratos de las iglesias y la alfarería.

A partir de allí, cabe preguntarse, ante tantas fotografías en internet, ¿qué hace que los turistas fotografíen una y otra vez las iglesias y los artículos de barro?

Y es que la gente quiere capturar la imagen que tiene de Ojojona, es decir, su «ojojonidad», representada en estos casos por sus edificios antiguos y su industria alfarera. En resumen, se puede decir que la gente tiene el concepto de que asistirá a conocer un pueblo que es fiel y laborioso.

A manera de paréntesis, los templos e iglesias son símbolo o figura del cuerpo humano. Y así como en el cuerpo humano se representa una maravilla de su Creador; en la Iglesia cada parte representa un prodigio. Porque no hay cosa alguna en ella, en la que no se incluya un profundo misterio.

Desde su posición, el turista ve lo que quiere ver. Entonces, es necesario empezar a desplazar ese imaginario colectivo hacia otros puntos de la zona. A las Minas de Guazucarán, por ejemplo. En otras palabras, buscar hacer más turismo rural y cultural.

Ojojona no es artesanía y edificios solamente. Esa es una opinión creada por la experiencia turística a veces inconsciente de la formidable riqueza cultural que el pueblo posee.

Como es evidente, tanto gobiernos locales como medios de comunicación no han sabido mercadear otras bondades con las que cuenta Ojojona. Urge entonces una agresiva campaña publicitaria que explote el turismo más allá del Centro Histórico.

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