Emerson Valle (Honduras, 1990) es un pintor, escultor, dibujante y restaurador de bienes culturales hondureño. Sus primeros 17 años los pasó en un ambiente familiar en la aldea Las Pilas, Francisco Morazán: su comunidad natal. El contacto con la naturaleza le permitió observar líneas, formas y contrastes que más tarde usaría en sus obras.

En 2006 ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA). En la actualidad, estudia la licenciatura en Artes de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM). Igualmente, se desempeña como Asistente de Restauración de Bienes Culturales en el Museo del Hombre Hondureño.

Ha participado en cursos de fotografía, cine documental, talleres de conservación de bienes culturales y en exposiciones en el ámbito nacional e internacional.

Su obra contiene figuras llenas de color, un sinnúmero de líneas que les dan forma concreta. Así, trata temas de relevancia social a través de obras con sentimiento y fuerza en las que destacan figuras de peces y rostros. La combinación de técnicas también da relevancia a sus obras. Entre ellas se puede mencionar el uso de tinta, acrílico, óleo y laminilla de oro. En la escultura se presenta el uso de madera policromada, arcilla y resinas como materiales experimentales.

Entrevista a Emerson Valle

Yonny Rodríguez: ¿Cuándo y cómo empezaste a pintar?

Emerson Valle: La inquietud estuvo desde muy niño. Ni siquiera recuerdo cuándo inició. Claro, recuerdo momentos como cuando utilizaba tierras de colores para poder decorar mi casa, también cuando fabricaba trompos, resorteras e imágenes de barro hasta usar grafito y tintas de colores. En 2006, empecé a conocer óleos, acrílicos y acuarelas, entre otros.

YR: ¿Cómo definirías tu estilo y cómo llegaste a él?

EV: Yo aún puedo decir con mucha energía que mi arte y mi estilo todavía están en una búsqueda constante donde he visto el crecimiento creativo espiritual. Podría describirlo como un estilo figurativo expresionista que está pasando por una trasformación en el sentido estético. He llegado hasta él después de nueve años de búsqueda donde la descomposición de la forma ha sido un fin.

YR: ¿Qué colores son indispensables en tu paleta?

EV: Hay una parte de mi paleta de colores que se caracteriza por el uso de colores fríos. Vale mencionar que en la última etapa he incorporado colores cálidos y quebrados.

YR: ¿Cómo es tu proceso creativo?

EV: La forma de generar una imagen visible en el lienzo llega de forma espontánea, rara vez preestablecida. La magia de la imagen llega a través de pinceladas dirigidas por el subconsciente que van tomando forma. Aclaro, la obra llega de diferentes maneras, por ejemplo, una caminata, una lectura, una sencilla observación del entorno y, una más, atreverse a pensar más allá de lo establecido.

YR: ¿Cómo cambió tu estilo a lo largo de los años?

EV: El trabajo bajo el impulso de querer ver las ideas pensadas traducidas en imágenes. Eso fue el detonante. Así fue surgiendo, pasando de una pincelada rápida a veces sólida, en ocasiones inconclusas, hasta llegar al año 2016 donde los trazos más ligeros se convirtieron en espera y paciencia. Justo en ese año la pincelada sólida necesitó un pincel más fino y surgieron líneas obtenidas de la espera paciente donde el resultado tiene un elemento puro. Es el pensar que cada línea cuenta para el todo.

YR: ¿Qué artistas contemporáneos recomendaría a nuestros lectores?

EV: Yo no recomendaría a alguien en especial. Invitaría a ver ese sinnúmero de posibilidades para poder alimentar la experiencia visual y poder tener un panorama mayor sobre las artes en general.

YR: ¿Qué proporciona el arte a tu vida?

EV: Me proporciona sabiduría, desmaraña mucho de mi ser, me lleva a pensar, a entender las cosas sencillas del ser para poder ver con más claridad el todo; me ayuda a conocer el yo y entender algunos aspectos de la vida de los demás. Cada obra producida es una nueva idea concreta que regalo al público y sé que producirá reacciones que ayudarán a otros a entender el porqué de las cosas.

YR: ¿Alguna vez experimentaste bloqueos creativos?

EV: Yo los llamo miedos y siempre aparecen. Considero que son necesarios, de alguna manera ayudan a visualizar si hay que redireccionar la meta o crear nuevos caminos para llegar a ella.

Existen momentos en los cuales no es que no surjan ideas. Siempre están allí. Pareciera que no hay un terreno pleno para ellas, entonces ese momento de bloqueo es el tiempo adecuado para preparar el espacio creativo.

YR: ¿Cómo te han cambiado circunstancias como tu accidente y el incendio del Museo del Hombre?

EV: Es difícil superar obstáculos. Nunca se está listo para ellos. Puedo asegurar que después de mi accidente aprendí que para crecer hay que aprender a saltar muchas barreras. También, asumir retos nuevos. Lo del Museo, pues, todos lo hemos hablado y todos creemos en su resurgimiento lleno de éxitos y nueva proyección cultural que vaya acorde con las exigencias intelectuales de nuestra era.

YR: ¿Cómo es tu día típico en Tegucigalpa?

EV: Puede haber muchas formas de explicar. En lo personal, la observación es clave. Ver, sentir y soñar con cambios. Ahora bien, parece ser que esa confusión de no saber cómo es nuestra sociedad y el comportamiento de cada individuo es evidente. El miedo ya es un asunto del diario vivir.

YR: ¿Con qué productos trabajás actualmente?

EV: Lo usual de mi producción artística es usar materiales como tela, acrílico, óleo y laminilla de oro, entre los más comunes en este momento.

YR: ¿Cuáles son sus próximos proyectos?

EV: Este 14 de septiembre se inaugurará en la sede de la Galería Nacional de San Pedro Sula la exposición «Entre la línea y la forma» de mi autoría. Y el 23 de septiembre participaré en una exposición de pintura, escultura y fotografía en el Museo de Guazapa de El Salvador con artistas de Costa Rica, El Salvador y Honduras.

YR: ¿Cómo te sentís previo a tu próxima exposición?

EV: Cada exposición es una fase más de crecimiento. Me pone en un estado de confort para generar nuevas formas de expresión que beneficien mi obra. ¿Cómo me siento? Me siento contento y lleno de expectativas para reencontrarme con nuevas sensaciones que le ayuden a mi ser a entender el porqué de las cosas.

YR: ¿Por qué seguir haciendo arte en Honduras?

EV: El arte sensibiliza, aporta al ser, es elocuente, es vida, es sentir esperanza. El arte es esencial para vivir y eso es lo que Honduras necesita.

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