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Montaña de Izopo: ¡mirá qué fácil es escaparse de la rutina!

Montaña de Izopo

La Montaña de Izopo pertenece al municipio de Santa Ana, Francisco Morazán. Es un sitio con alto potencial turístico. Fotos | Noé Varela.

El sábado visitamos la Montaña de Izopo, una comunidad perteneciente al municipio de Santa Ana. El viaje comenzó a las cinco de la mañana. Antes de partir, desayunamos en el Cerro de Hula con cuajada, frijolitos fritos, huevo y café. Estábamos en eso cuando llegó Wilmer Vásquez, nuestro guía.

Tomamos la Carretera Panamericana hasta el desvío de El Horno. El termómetro señala 15 grados. Entramos en una calle de terracería de unos 11 kilómetros. Personalmente, tenía la idea que la Montaña de Izopo era una comunidad demasiado aislada puesto que se habla poco de ella. Pero no. En la medida que se avanza aparecen casas, casitas, caserengones, una escuela y hasta una suntuosa iglesia evangélica.

Al principio del viaje todo parece normal: calles polvorientas, árboles fatigados por el calor, cerros verdegrises y el encuentro ocasional de alguna persona sobre el camino cálido. Todo cambia cuando nos adentramos más allá de la pequeña urbanidad. Súbitamente, de entre el bosque aparece un pastor con cuatro ovejas. Más adelante hay una casona con un patio amplio y paredes blancas: un grupo de personas conversa sentada. La saludamos desde la paila del carro.

Seguimos y ya estamos flanqueados por verdísimas hortalizas. Bajo el sol que hace, unos muchachos fumigan casi de manera maternal la siembra de repollos. Metros adelante, un niño sale a toda velocidad con su bicicleta. Vamos rápido. Sólo queda verlo cómo empequeñece en la lejanía.

La parte más bonita de la Montaña de Izopo

Todo ese tiempo no habíamos parado de subir. La recompensa llega cuando entramos en un tramo forrado de unos árboles que entrelazan sus brazos sobre el camino creando una enramada fresca que apenas deja a la luz colarse.

Uno necesita salir para desconectarse. Necesita volver al origen cuando es niño y se embelesa con cada cosa. Así íbamos.

Entonces hay un giro a la izquierda. A través de una vereda de arbustos llegamos a un mirador. Es increíble. Ahora estamos por encima de los generadores. A nuestros pies hay una hondonada sembrada de milpas. A lo lejos se divisa una casita de adobe rojo y zinc enmedio del maíz.

Hablamos, cortamos y comemos moras silvestres, luego nos movemos a otro mirador. Desde allí se puede ver una pequeña parte de El Zamorano y más acá observarse la aldea de Azacualpa. Después de un rato aparece una señora con una cubeta repleta de moras. La saludamos, le pedimos una foto sin ánimos de caer exotismos e indagamos un poco. Dijo que se dedica a cortarlas por toda la montaña para luego venderlas a 150 lempiras en el mercado. Tiene prisa. Se va.

—En la casa siempre hay cosas que hacer, bañar el niño, asear la casa…—justifica.

Wilmer propone otro sitio. Al llegar, lo primero que vemos es un paisaje abrumadoramente extenso. Y un árbol, sí, un lozano árbol al que los cañones de aire le han moldeado la cabellera. Y es que llegamos a un sitio como para vivir sin preocupaciones. Las sorpresas siguen: desde allí se pueden ver, aguzando bien el ojo, las eólicas de San Marcos de Colón.

Vamos más arriba. Llegamos a un pequeño santuario lleno de encinas. Hay presencia de robles cuyas bellotas nos recuerdan a la divertida Scrat de la Era de Hielo. También hay colibríes gema y chipes pavito, la insinuación del mar Pacífico y del volcán San Miguel. De allí nadie quiere salir. Deliramos, decimos que sería agradable pernoctar en ese lugar alentador. Toca regresar. Venimos con renovada alegría y con la cabeza más llena de mundo.

GALERÍA

Montaña de Izopo que hacer

Parte del equipo de revista Bucentauro junto a Wilmer Vásquez e Ivett Melara.

Escalar la Montaña de Izopo

Doña Martha Iris Matute cuando regresaba de recoger moras.

Moras de la Montaña de Izopo

La luz silvestre que emana de las moras.

Senderismo en la Montaña de Izopo

Ivett Melara en uno de los senderos de la Montaña de Izopo.

Terrenos en la Montaña de Izopo

Contacto con Pachamama: la Madre Tierra.

Flores de la Montaña de Izopo

La flora de la Montaña de Izopo. He aquí una diminuta flor parecida a una margarita.

Bosques de la Montaña de Izopo

Bellotas de roble o encina. En una zona de la Montaña de Izopo abundan.

Flora de la Montaña de Izopo

El origen de la vida en uno de los sitios más exhuberantes de la Montaña de Izopo.

Flores de la Montaña de Izopo

Una majestuosa flor sombreando bajo un helecho.

Senderismo en Montaña de Izopo

Nuestro fotógrafo Noé Varela dejó la cámara para disfrutar el paisaje.

Producción de granos básicos en Montaña de Izopo

Una casita enmedio de la milpa.

Miradores de la Montaña de Izopo

Al fondo se pueden mirar las éolicas de San Marcos de Colón.

Mirador de Montaña de Izopo

Hermosa panorámica.

Montaña de Izopo aves

Chipe pavito de la Montaña de Izopo.

🌷🍄🐦 Después de ver tanta maravilla natural, ¿te animas a visitar Montaña de Izopo? 🧗‍♀️ Comenta y comparte. 🚀

 

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3 Comentarios

  1. Sandra Veronica Zeron

    Es un lugar muy hermoso lamentablemente hay mucha pobreza apesar de tanta belleza, hay muchas cosas por hacer alli se hacen las piedras de moler y mucho hay hortaliza a mi me encanta San Isidro de Isopo que es parte de mi pueblo gracias por resaltar lo bonito de un lugar un poco olvidado.

  2. zenia

    MUY HERMOSA LA MONTAÑA DE IZOPO TIENE ESO Y MÁS, AHÍ NACIERON MIS PADRES, ABUELOS, MUCHA DE MI FAMILIA VIVE AHÍ ES UN LUGAR TRANQUILO, MÁGICO, DE VERÍAN DE IR Y VISITARLO EN TIEMPO DE FRÍO ES AÚN MÁS HERMOSO, GRACIAS POR DAR A CONOCERLA LA MONTAÑA DE IZOPO PERTECENE A SAN BUENA VENTURA

  3. Ana

    Amo ese lugar natural y con gente de corazón enorme, Dios bendiga a sus pobladores, algun dia regresare

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