Es increíble lo que la cocina puede hacernos sentir. Hay platillos que se quedan para siempre en la memoria. Evocan emociones, lugares y personas. Entre las décadas de 1930 y 1980, había en el centro de Tegucigalpa un antojito que todos querían probar: el famoso sándwich de basura. Y aunque el nombre no le favorecía, el sabor supo compensarlo. 😋
Según el periodista Raúl Lanza Valeriano, tres mujeres hicieron famoso el emparedado. Permanecían frente al edificio Salvador Schacher y el Cine Variedades de la Avenida Colón de cinco a siete de la noche. A esa hora iniciaba la última función del extinto cinema.
El sándwich de basura costaba entonces 25 centavos de lempira. “Consistía en un hermoso bollo de pan blanco relleno de una exquisita ensalada de repollo pasado por agua caliente, condimentado con salsa de tomate hecha en casa, especias, chile dulce, cebolla picada, sal al gusto y algo más que solamente ellas sabían preparar: gallina guisada”, narra Valeriano en su libro Arrastrando Lejanías.
Comensales que vivieron en los años cincuenta agregan: “Los sándwiches los preparaban con pan blanco horneado, gallina india con todo y huesos, lechuga, rodajas de tomate, cebolla, pepinillos, papa cocida en rodajas, remolacha, repollo picado y los rociaban con vinagre. Aquellos hermosos sándwiches eran favoritos de todas las clases sociales y no importaba que los prepararan con las manos desnudas, con las mismas que recibían las monedas, nadie se enfermaba y hasta decían que eran más ricos con sabor a pisto» (La Tribuna, 2017).
Algunos dicen que es una bomba, pero es que tampoco van a comer todos los días. Otros, por su lado, lo recuerdan con genuino aprecio, como una comida nostálgica de sus años mozos.
Esta deliciosa comida callejera llegó a posicionarse en los menús de los hoteles y restaurantes de cinco tenedores de la vieja Tegucigalpa. Por ejemplo, Hotel Cantón, Hotel Las Américas, Duncan Mayan Restaurant y La Terraza de Don Pepe.
Con el tiempo este platillo se fue extinguiendo en el centro de la capital. En los últimos años ha habido iniciativas para rescatarlo, pero la receta ha variado un poco ya que cada cocina le da su toque especial. Es destacable sin embargo el esfuerzo que cada uno hace por rescatar y mantener vivo este plato.
En Choluteca, sándwich de basura de doña Berta
Dice el refrán que el que va a Choluteca y no prueba el pozol y los sándwich de gallina india de doña Berta, es como si no fuera. Empezó a vender sándwiches a 25 centavos cada uno hace 52 años. Confiesa que se sorprendió cuando unos comensales llegaron a pedirle sánguches de basura. “No, yo no vendo basura, yo vendo de gallina; no me gustó la palabra”, cuenta entre leves sonrisas. 😏
El comedor está ubicado en el barrio La Guadalupe de Choluteca. La novedad es que el cliente puede pedir el bocadillo con pan o con tortilla tostada, tipo enchilada. Eso sí, no puede faltar la nutritiva gallina india.
Sánguches de basura también en Tegucigalpa
Hasta ahora he identificado tres lugares en la capital donde venden sándwich de basura. De hecho, hoy pedí uno a domicilio. Esos restaurantes se llaman La Comilona, ubicado en Los Robles; Restaurante La Spezia, atiende únicamente en modalidad de servicio a domicilio. También San Guich, en Casa Quinchon. En los tres restaurantes los precios oscilan entre 80 y 110 lempiras. Algunos incluyen papas.
Por fin encontré el sándwich de basura tan escurridizo. El que probé hoy estaba muy rico. La sensación de la carne de gallina deshilachada, con el pan humedecido con el caldo, fue una experiencia demasiado exquisita. 🤤 Inmediatamente entendí por qué a la gente de la capital le gustaba tanto ese sazón. A gusto personal hubiera preferido que no llevara mayonesa y sí más caldito de gallina india. De todos modos, es sólo una opinión. Así que ya saben dónde ir a probarlos en Tegucigalpa y Choluteca.
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