Santa María del Monte Carmelo, referida comúnmente como Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen, es una de las diversas advocaciones de la Virgen María. Su denominación procede del llamado Monte Carmelo, en Israel. Un nombre que deriva de la palabra Karmel o Al-Karem y que se podría traducir como «jardín».

Es difícil precisar cuándo llegó a nuestras tierras latinoamericanas esta devoción, concretamente, a Honduras. Normalmente, las congregaciones religiosas al instalarse en una población promovían la devoción a la advocación mariana. Por ejemplo, los Mercedarios construyeron templos a la Virgen de La Merced y propagaron su devoción. Así lo hicieron por igual los franciscanos con la Inmaculada Concepción y los dominicos con la Virgen del Rosario.

La Virgen del Carmen pertenece como advocación a los frailes carmelitas, una congregación que llegó muy tarde a nuestro país. Aquí la devoción a la Virgen del Carmen ya se había extendido en todo lo ancho y largo del territorio nacional.

Considero que tal apego de los cristianos hondureños se debió a dos actos concretos relacionados con la propia Virgen. Por un lado, el uso del escapulario del Carmen. Y por otro, a su maternal cuidado por las almas de los fieles difuntos, por quienes ella se comprometió a interceder por su eterno y bienaventurado descanso ante su Hijo, Jesucristo. Ambas realidades manifestadas por la propia Virgen María en una visión a San Simón Stock en el siglo XVII.

El origen del escapulario de la Virgen del Carmen

El escapulario nació como una necesidad de los frailes de usar un hábito pequeño en las horas laborales. Sobre todo, para el trabajo que se realizaba en el campo como agricultores.

Por igual, había fieles que querían vivir la espiritualidad de los frailes sin los votos que éstos estaban obligados a cumplir (obediencia, pobreza y castidad). Muchos de ellos ya estaban casados y con hijos. Entonces, a los laicos que querían consagrarse a la Virgen del Carmen, se les ofrecía como señal de pertenencia a la Orden y sobre todo a su espiritualidad el pequeño escapulario que llevaban secretamente bajo sus propios vestidos.

Las benditas ánimas del purgatorio

Una afirmación de la Iglesia fue que las almas de los difuntos, antes de poder ver a Dios, infinitamente bueno y santo, deberían pasar un tiempo de purificación para llegar limpios de las manchas dejadas por el pecado a la visión celestial de Dios.

Tal posición teológica venia de la comprensión de un texto del segundo libro de Los Macabeos 12,46 que dice:

Es una idea piadosa y santa rezar por los difuntos para que sean liberados del pecado. Y añade: Si no hubieran esperado que los soldados caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos (v. 42).

La Iglesia sabe que nos espera una corona de gloria junto al Señor para quienes han lavado sus ropas en la sangre del Cordero, como bien dice el libro del Apocalipsis. Sin embargo, señaló que ese llegar a Dios, mientras llega la resurrección final, se vería acompañada por ese tiempo de purificación en ese estado que se llama «purgatorio».

La Santísima Virgen maternalmente prometió estar también allí con su valiosa intercesión ante su Hijo, por esa iglesia purgante que se preparaba para ir al encuentro de su Señor.

Estas dos situaciones vinculadas a la Virgen del Carmen seguramente fueron las que le abrieron el camino para que la devoción a su maternal amparo llegara a todas las familias, por remotas que estuvieran de los centros de culto grandes y poblados.

Basta ver cómo en la vela de un difunto está la imagen de Jesús en la cruz y debajo de ella la imagen de la Virgen del Carmen en el lugar del purgatorio.

Para esta teología, el tormento es la lejanía de Dios. Por eso se presenta el mismo purgatorio como llamas que queman y atormentan, a sabiendas como dice el libro de la Sabiduría en 3,1, que: «La vida de los justos está en manos de Dios y no los tocará el tormento».

La Iglesia de Nuestra Señora del Carmen en Ojojona

Por una placa que se encuentra en el interior de este templo (cuyo texto estaba anteriormente pintado en una de sus paredes), se sabe que el Rev. Padre Diego Rafael Zelaya (QDDG), construyó este templo en 1856, dejándolo inconcluso por su repentina muerte.

Iglesia Nuestra Señora del Carmen de Ojojona Virgen del Carmen historia para niños

Fachada de la Iglesia Nuestra Señora del Carmen que data del año 1930. Obsérvese al costado derecho la Iglesia San Juan Bautista.

Sin mayores datos fidedignos, dicha construcción se pudo deber a la devoción particular que tenía el Rev. Padre Zelaya a la Madre de Dios, con esta advocación y a un grupo de cofrades que deseaban honrarla de manera muy significativa en la comunidad. Algunos vecinos señalan que probablemente existió en este mismo lugar del templo un pequeño cementerio, cosa que no ha sido probada hasta la fecha.

De la hermosa imagen de la Virgen del Carmen hay que señalar que fue traída de los talleres de talla religiosa de Guatemala, en la primera mitad del siglo XX. Refleja la imagen un rostro de María plenamente sereno, con una mirada dulce y fija hacia quienes la visitan. Lleva en sus brazos a un inquieto Niño Jesús que se coloca en uno de sus brazos, sentado pero erguido, manifestando su confianza en el regazo de su Madre. Y, por otro lado, el trono desde el cual puede atender a nuestras muchas súplicas.

En el libro de vida de la parroquia, el Rev. Padre Ramón Bonilla (QDDG), en el 1950, señala (ver foto) cómo los feligreses acudían a este templo para la imposición del escapulario del Carmen. Igual escribiría después el Rev. Padre Gustavo López (QDDG), en 1952 (ver foto).

Virgen del Carmen. Iglesia del Carmen de Ojojona Escapulario de la Virgen del Carmen. Iglesia del Carmen de Ojojona.La fachada original del templo del Carmen desapareció en la década de los 70 cuando el entonces Ministerio de Turismo le construyó la fachada que todavía vemos hoy. Está compuesta por un campanario único y central, con un pequeño atrio debajo del mismo, acompañado por arcos que le embellecen.

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